Un vocablo del griego bizantino que puede traducirse como «dormitorio» llegó al latín tardío como coemeterĭum, que luego derivó en nuestra lengua en cementerio. El concepto se utiliza para nombrar al espacio que se emplea para el entierro de cadáveres.
También llamado camposanto, necrópolis o panteón, un cementerio es un sitio donde reposan los restos mortales de las personas. Además de ser enterrados, los cuerpos en sarcófagos, féretros o ataúdes pueden introducirse en criptas, mausoleos o nichos.
Las características de los cementerios fueron variando a lo largo de la historia. En un principio las personas enterraban a sus familiares muertos en sus propias casas. Ante los problemas de salubridad ocasionados por esta situación, luego los entierros comenzaron a realizarse en terrenos cercanos. Más adelante los cementerios se trasladaron a las afueras de las ciudades.
En la actualidad, los cementerios suelen ser abiertos a todos los miembros de una comunidad. Los entierros, de todos modos, son individuales: es decir, cada cadáver tiene su propia tumba y es enterrado en un lugar particular. Algunas familias, sin embargo, tienen criptas para todos sus integrantes.
Numerosos son los cementerios que hay repartidos por todo el mundo. No obstante, se considera que algunos de los más especiales son los siguientes:
-El Cementerio Pere Lachaise. En París es donde se ubica este que incluso es usado como parque. Visitarlo es tener la oportunidad de ver in situ las tumbas de importantes personajes como el escritor Oscar Wilde, el compositor Chopin, el pintor Delacroix o el cantante Jim Morrison, entre otros.
-El antiguo cementerio judío de Praga, que tiene su origen en el siglo XV. Se ha convertido en uno de los más interesantes atractivos de la ciudad por el aspecto caótico que presenta ya que cuenta con más de 12.000 lápidas, más de 100.000 difuntos y un total de doce capas de tierra.
Más allá de estar vinculados generalmente a los seres humanos, en algunos países existen los cementerios de mascotas. Allí las personas pueden llevar los restos de sus perros, gatos, etc.
En el lenguaje coloquial, por último, se llama cementerio al espacio que se destina al depósito de objetos que no se utilizan o que son desechos. Por ejemplo: «Este galpón es un cementerio de teléfonos antiguos», «Los vecinos reclamaron al gobierno que saque el cementerio de automóviles que se encuentra en la entrada del pueblo», «No podemos dejar que este parque se convierta en un cementerio de bicicletas».
Además de todo lo expuesto, no podemos pasar por alto el hecho de que existe una tetralogía muy importante dentro de la literatura española que se ha convertido en un boom y que lleva en su título el término que ahora nos ocupa. Nos estamos refiriendo a «El cementerio de los libros olvidados», escrita por Carlos Ruiz Zafón y que se compone de cuatro obras: «La sombra del viento» (2001), «El juego del ángel» (2008), «El prisionero del cielo» (2011) y «El laberinto de los espíritus» (2016).
La ciudad de Barcelona es la que ejerce como escenario de esta saga donde cobran protagonismo desde una librería muy particular hasta libros de lo más pintorescos y especiales.