El concepto de cisne procede de un vocablo del francés antiguo que, a su vez, tiene su origen en el griego kýknos. Un cisne es un ave que se caracteriza por la extensión y la flexibilidad de su cuello.
Es importante mencionar que existen diferentes especies de cisne. La mayoría de ellas forman parte del género Cygnus, aunque hay excepciones.
El cisne común
Al ejemplar de la especie Cygnus olor se lo conoce como cisne común, cisne blanco, cisne vulgar o cisne mudo. Es posible encontrarlo en estado salvaje en regiones de Gran Bretaña, Alemania, Francia, Dinamarca y Suecia, entre otros países occidentales.
El cisne común se identifica por contar con una carúncula (una carnosidad) en la zona del pico. Otra particularidad es que el pico presenta una tonalidad rojiza o anaranjada.
Los cisnes blancos suelen vivir en ríos de poco caudal y en lagos. Son animales territoriales que desarrollan colonias y que se alimentan de plantas, insectos y anfibios.
Cygnus atratus
Así como el Cygnus olor está asociado al plumaje blanco, el Cygnus atratus es conocido como cisne negro por el color de sus plumas. Se trata de una especie endémica del territorio australiano.
Los europeos descubrieron la existencia del cisne negro a fines del siglo XVII. Hasta entonces, creían que la totalidad de los cisnes tenían plumaje de tono blanquecino, con lo cual el reconocimiento del Cygnus atratus causó una gran sorpresa.
Sin embargo, hay que mencionar que, al nacer, el plumón del cisne negro es blanco. Recién en torno a los seis meses de vida comienzan a aparecer las famosas plumas negras.
La teoría del cisne negro
Es interesante señalar que, por analogía a lo sorpresivo que resultó el descubrimiento del Cygnus atratus, el filósofo libanés Nassim Taleb desarrolló la teoría del cisne negro. El pensador apeló a esta imagen para describir a aquel acontecimiento que aparece de forma imprevista, provoca un impacto y luego, a partir de una retrospección, termina siendo explicado de manera racional, con lo cual se genera la sensación de que era esperable que sucediera.
Los atentados terroristas que se produjeron en Estados Unidos durante la jornada del 11 de septiembre de 2001 suelen señalarse como un ejemplo de la teoría del cisne negro. Los ataques tomaron por sorpresa al mundo y tuvieron una enorme repercusión a nivel global. Con el paso de los días, se analizaron diferentes cuestiones y circunstancias en retrospectiva que indican, para muchos analistas, que un hecho de esta magnitud era factible.
Expresiones y metáforas que apelan a la noción
De acuerdo al diccionario de la Real Academia Española (RAE), se puede nombrar como cisne a un individuo que se destaca por su excelencia en el ámbito de la música o en la poesía.
Por otra parte, se habla del canto del cisne para aludir a la última actuación u obra de una persona antes de su retiro o de su fallecimiento. Esto está vinculado a una creencia de tiempos remotos que señalaba que los cisnes, en los instantes previos a su fallecimiento, cantaban de una forma muy agradable al oído.
La explicación científica se vincula a que el cisne blanco o cisne mudo no suele ser reconocido por sus vocalizaciones (aunque en realidad no es mudo). El cisne cantor, en cambio, sí produce un sonido al expulsar su último aliento debido a la estructura de su tráquea. Una confusión entre ambas especies habría dado lugar a la suposición de que los cisnes no emiten ningún sonido hasta el momento de su deceso.