Comparación (del latín comparatio) es la acción y efecto de comparar. Este verbo refiere a fijar la atención en dos o más cosas para reconocer sus diferencias y semejanzas y para descubrir sus relaciones. Comparar, por lo tanto, es cotejar.
Por ejemplo: “La comparación entre los dos cohetes espaciales demuestra que el estadounidense es mucho más avanzado”, “Ningún jugador de fútbol logra resistir la comparación con Diego Maradona”, “Me pareció muy interesante la comparación de los dos casos que hizo el analista”.
Características de una comparación
La comparación puede centrarse en aspectos físicos o en cuestiones simbólicas. De esta manera, si se desea comparar a dos personas, es posible hacerlo desde un punto de vista físico, lo cual arrojará, por ejemplo, que una de ellas es más alta, de contextura más robusta y más canosa que la otra, o bien tomando como referencia sus personalidades, tras lo cual podría decirse que una de las dos personas es más sociable, suele expresarse en voz alta en las reuniones y entabla vínculos con mayor facilidad.
De todos modos, las comparaciones no suelen ser tan precisas si se observan rasgos subjetivos, dado que el número de variables es demasiado alto y suele ser imposible acceder a todas ellas. Por ejemplo, si se quiere establecer una comparación entre dos cantantes de ópera (algo que los fanáticos hacen a menudo con sus ídolos para intentar destronar a sus competidores), entrarán en el proceso la extensión de cada voz, su tesitura (la región en la cual se mueven con mayor facilidad), su color, su forma, las características de su vibrato, las habilidades y destrezas que posea cada una (tales como trinos, coloratura y el dominio para lograr pianísimos en notas muy agudas), entre otras.
Pero además de todas las cuestiones técnicas, incluso si las dos voces comparadas fueran muy similares, deberían ser tomadas en cuenta las personales, como ser los gustos de cada cantante, que pueden llevarlo a escoger uno u otro camino dentro de la música, independientemente de las aptitudes de su instrumento. Por ejemplo, una soprano con claras condiciones para la música romántica pero con un amor profundo por la música barroca temprana puede escoger esta última y hacer lo posible por adaptar su voz para dar lo mejor de sí, aunque muchos críticos le sugiriesen que se volcara por la primera.
La evaluación de servicios y productos
Una comparación efectiva puede darse en el ámbito de los servicios, aunque también existan variables subjetivas, como ser la calidad de la atención al cliente, ya que a menos que sea verdaderamente brillante o paupérrima, la evaluación dependerá de la experiencia de distintas personas, cada una con una percepción única. Sin embargo, como suele ocurrir con las compañías de seguros y con los proveedores de Internet, es posible elaborar tablas comparativas para contrastar puntos como el precio del alta, las cuotas mensuales, los planes disponibles, etcétera.
Los dispositivos electrónicos también pueden ser sometidos a una comparación técnica con un alto grado de efectividad, aunque en este caso también existen cuestiones difíciles de analizar, dado que el tipo de tecnología utilizada en cada uno de los artículos puede hacer que, por ejemplo, dos procesadores con la misma velocidad expresada en números no sean igualmente capaces.
Comparación en la gramática
En la gramática, la comparación indica tres grados diferentes en los adjetivos: positivo, comparativo y superlativo. El adjetivo limpio puede aparecer en grado positivo (“El agua está limpia”), en grado comparativo (“El agua de este estanque está más limpia que el agua de aquella fuente”) o en grado superlativo (“El agua de este estanque está limpísima”).
El recurso de la comparación también permite crear una figura retórica conocida como símil, que se establece con elementos de relación como “cual” o “como”: “Sus manos como martillos destruyeron la puerta a golpes”, “El ladrón andaba por los tejados cual gato en la noche”.