La comunicación oral es un recurso de emisión y transmisión de información que se vale de la expresión verbal hablada para generar y pronunciar un mensaje. Cabe destacar que su campo de aplicación es muy extenso y diverso: sirve al momento de hacer una presentación empresarial o académica, al intervenir en una negociación o discusión en vistas a resolver un conflicto o llegar a un acuerdo, en toda reunión o entrevista de trabajo y para participar en una charla pública o debate, por ejemplo.
Para poder llevarse a cabo se requiere la participación de, al menos, dos individuos: uno en el rol de emisor (el cual debe emplear su voz) y otro (u otros) como receptor/es o destinatario/s del contenido divulgado mediante el habla. También es imprescindible que haya un código lingüístico compartido entre los involucrados y un canal óptimo (el aire, por señalar al más común).
Una buena articulación de la voz en pos de conseguir claridad en la dicción o pronunciación, una entonación correcta, un óptimo manejo de los silencios y un gran dominio del vocabulario son parte de las cuestiones que hacen a una experiencia positiva o satisfactoria en materia de comunicación oral.
Rasgos distintivos de la comunicación oral
Al repasar las características de la comunicación oral o al analizar esta modalidad en base a su aplicación práctica quedan al descubierto múltiples rasgos distintivos que permiten diferenciarla fácilmente de, por ejemplo, la comunicación escrita.
La inmediatez asociada a los intercambios de información que se van sucediendo en una conversación y la posibilidad de tener una retroalimentación de manera instantánea son dos de sus particularidades.
Es interesante señalar que la tecnología ha transformado enormemente el perfil que supo tener la comunicación oral. Cuando no existían Internet ni la telefonía, los diálogos eran exclusivamente directos y presenciales, además de presentar una naturaleza efímera: sí o sí dos o más sujetos debían estar en simultáneo en un mismo entorno. Más cerca en el tiempo, el empleo de dispositivos modernos que permiten grabar y enviar audios hizo posible que la voz sirva para generar mensajes y reproducirlos y contestarlos a distancia.
Otro punto que hace única a la comunicación oral es el empleo de ondas sonoras, ya que son necesarias para que el mensaje llegue a destino. Asimismo, suele ser un método que no prioriza al lenguaje formal sino a expresiones coloquiales.
Complementarse con elementos de apoyo como los gestos, el lenguaje corporal y el contacto visual, admitir la improvisación en ciertos contextos y ser bidireccional (es decir, con un constante feedback) son otros rasgos distintivos de la comunicación oral.
Clasificación
Es enriquecedor instruirse sobre los distintos tipos de comunicación oral que suelen reconocerse en el día a día a escala mundial.
Un par, como mínimo, de seres humanos suele estrechar vínculos entre sí y con los demás apelando, naturalmente, a la comunicación interpersonal. A base de diálogos que se desarrollan en un marco de respeto y empatía se construyen lazos sólidos y positivos.
El discurso oral, cuando la situación lo requiere, puede orientarse incluso a la comunicación grupal, la cual puede darse en un conjunto de amigos o en el ámbito laboral cuando se convoca a los empleados a una reunión de trabajo.
La comunicación intercultural oral directa y la comunicación pública también están contempladas como variantes de comunicación oral.
Habilidades de comunicación oral
Desarrollar, ejercitar y potenciar las habilidades de comunicación oral es aconsejable y útil en todas las etapas de la vida. Al saber de qué modo sacarle el mejor provecho posible al habla, interactuar con el prójimo, hacerse entender desde la palabra o conseguir el efecto deseado en los interlocutores resulta mucho más simple y rápido.
Cultivando la oratoria se logra claridad en la transmisión de la información, un discurso estructurado con coherencia y el resultado buscado en la audiencia, ya sea hacer que el público se deleite, se conmueva o se convenza sobre un determinado asunto. Asistir a cursos de comunicación o a talleres de oratoria proporciona herramientas en torno a esto y alimenta la confianza en uno mismo, minimizando así el riesgo a sentir inseguridad o miedo escénico al enfrentarse a los oyentes.
Para fortalecer las destrezas de expresión y comunicación se sugiere practicar la escucha activa, no depender de soportes visuales a la hora de realizar una presentación (es preferible valerse de señales no verbales y de un lenguaje lo suficientemente convincente) y dominar las propias emociones.
Focalizarse en la comunicación no verbal, aceptar o solicitar comentarios o devoluciones con el propósito de recibir y tener en cuenta múltiples miradas o puntos de vista y acostumbrarse a tomar la palabra frente a una audiencia nutrida son otros tips que ayudan a mejorar la comunicación oral.
Es importante, además, trabajar el arte de la argumentación, saber dar argumentos contundentes y contar con aptitudes vinculadas al universo de la refutación.