El término latino corpuscŭlum es el diminutivo de corpus, que se traduce como «cuerpo». A nuestro idioma llegó como corpúsculo: un fragmento muy pequeño de materia.
El concepto suele usarse en el ámbito de la biología. Los corpúsculos de Meissner (también conocidos como corpúsculos del tacto), por ejemplo, son terminaciones nerviosas que se hallan en la piel y que permiten sentir el tacto suave. Llevan el nombre de su descubridor, el médico Georg Meissner, nacido en Alemania en el año 1829 y dedicado al estudio de la histología y la anatomía.
Características de los corpúsculos de Meissner
Si las vibraciones que reciben son inferiores a los 50 Hz, la sensibilidad de los corpúsculos de Meissner es la mayor de todos los que se encuentran en nuestro organismo, es decir que su umbral de respuesta es el más bajo. En otras palabras, se consideran receptores capaces de activarse en muy poco tiempo.
La estructura de los corpúsculos de Meissner está formada por células aplanadas que se disponen en forma de lamelas horizontales envueltas por tejido conectivo. También puede apreciarse una fibra de nervios que pasa serpenteando a través de dichos elementos. Las dimensiones de estos corpúsculos son ínfimas: su largo tiene un promedio de 85 micras y su diámetro, de 50.
Otros receptores sensoriales
Los corpúsculos de Pacini, en cambio, son aquellos receptores sensoriales que se encuentran en la piel y que reaccionan ante una presión profunda o una vibración rápida. Se encuentran en el grupo de los cinco mecanorreceptores descubiertos por el ser humano, es decir de receptores sensoriales que emiten una reacción si reciben una distorsión o una presión mecánica.
La cápsula de tejido conectivo de los corpúsculos de Pacini está muy desarrollada y su longitud se mide en milímetros. Así como el caso de los corpúsculos de Meissner, ésta también se compone de varias capas de células aplanadas; cada una de ellas se separa de las otras por medio de material amorfo y fibras de colágeno.
A cada corpúsculo de Pacini le corresponde una fibra que pierde sus vainas de Schwann y mielina. Su adaptación es rápida y su repuesta se produce solamente al comienzo y al cierre de la desviación mecánica, así como ante las vibraciones de alta frecuencia. Dos partes en las que podemos hallarlos son la dermis reticular y el tejido conectivo subcutáneo, sobre todo en el pie y la mano.
Corpusculos de Ruffini
En la piel además se sitúan los corpúsculos de Ruffini, cuya función es percibir las alteraciones de temperatura que se relacionan con el calor y dejar un registro del estiramiento que sufre la piel, ya que ésta se deforma de manera continua.
Los corpúsculos de Ruffini se hallan en la dermis profunda del rostro y del dorso de las manos, y presentan una especial sensibilidad a dichos cambios de temperatura. Con respecto a su estructura, su centro está dilatado y su terminación es nerviosa.
Otros tipos
Los corpúsculos de Hassal son conjuntos celulares que se distribuyen en el timo, un órgano del sistema inmunológico. Por eso también reciben la denominación de corpúsculos tímicos.
El corpúsculo renal, que como su nombre lo indica se halla en el riñón, consta de la cápsula de Bowen y del glomérulo. La cápsula de Bowen se asemeja a un saco que se encarga de envolver al glomérulo (una red formada por los tubos capilares).
En las células somáticas que pertenecen a hembras de ciertas especies se ubican los corpúsculos de Barr. Su formación se desarrolla cuando la cromatina sexual que se encuentra en uno de los cromosomas X se condensa.
Las aves, por su parte, disponen de corpúsculos bulboides ubicados en las papilas de la lengua y del pico. Cada corpúsculo es una cápsula con una membrana y al menos un par de células granulares.