Determinar el origen etimológico de la palabra que ahora nos ocupa es lo primero que vamos a hacer. En este sentido, podemos exponer que se trata de un término que deriva del latín, en concreto de «credo», que significa «yo creo», y que emana del verbo «credere», que puede traducirse como «creer».
El concepto de credo puede emplearse con referencia al conjunto de convicciones, opiniones y principios de un individuo o de una comunidad. La noción alude a las creencias que, por lo general, rigen las acciones de una persona. Por ejemplo: «Los jugadores asimilaron pronto el credo del entrenador», «Mi credo como periodista incluye valores diferentes, no estoy dispuesto a hacer sufrir a alguien para publicar una primicia», «El nuevo ministro de Economía se tomó varias horas para explicar su credo a los empresarios».
La idea de credo también se emplea con referencia al dogma de una religión: «El credo musulmán no avala este tipo de acciones», «La solidaridad forma parte del credo cristiano», «Anoche asistí a un ritual tradicional del credo hindú que me resultó impactante».
El credo como oración
En el contexto del cristianismo, se llama credo a una oración que comienza, en la lengua latina, con la palabra credo (que se traduce como «creo»). El credo ya se recitaba en el siglo V, aunque la Santa Sede no lo aceptaba en un principio.
Existen distintas versiones del credo. El Credo de los Apóstoles se considera un resumen de la fe de los discípulos de Jesucristo. Este tipo de credo, al que se denomina o conoce también como «la verdadera oración», comienza de la siguiente manera: «Credo en Dios, Padre Todopoderoso. Creador del Cielo y de la Tierra. Creo en Jesucristo, su único hijo. Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo».
Otra fórmula muy conocida es el Credo Niceno-Constantinopolitano.
En las misas de la Iglesia católica apostólica romana, el credo se pronuncia tras la homilía y previamente a la Oración de los Fieles. Por lo general se recita en las misas solemnes y en aquellas que se llevan a cabo los domingos.
Título de una canción
De la misma manera, no podemos pasar por alto tampoco la existencia de una canción muy popular en España y Latinoamérica que lleva por título precisamente «Credo». La cantante cubana Elsa Baeza (1947) es quien popularizó en todo el mundo esa composición, que viene a ser una versión del artista Carlos Mejía Godoy, oriundo de Nicaragua.
En la década de los años 70 fue cuando se presentó ese single, concretamente en 1977, que obtuvo un gran éxito en la radio. Dentro del pop y de la llamada música espiritual se engloba esa canción que da comienzo con los siguientes versos: «Creo Señor firmemente, que de tu pródiga mente, todo este mundo nació. Que de tu mano de artista, de pintor primitivista, la belleza floreció, las estrellas y la luna, las casitas y las lagunas».