Existen varios usos del término cromo, cuyo origen etimológico se encuentra en el vocablo latino chrôma (que puede traducirse como “color”). El concepto puede aludir al elemento químico de número atómico 24.
El cromo, en este sentido, es un metal de escasa presencia en la corteza de la Tierra. Se trata de un elemento brillante, de tonalidad blanca o plateada, que suele encontrarse como óxido y que, gracias a su capacidad para resistir la corrosión, se utiliza para proteger otros metales. El proceso que consiste en la aplicación de una capa de cromo sobre otro metal se denomina cromado.
De símbolo Cr, el cromo es duro aunque se quiebra con facilidad. Sus sales pueden emplearse como mordientes (para la fijación de colores), mientras que sus óxidos y cromatos se utilizan en pinturas.
En el ámbito de la salud y la alimentación, se sabe que el cromo juega un papel importante en el metabolismo de las grasas, las proteínas y los hidratos de carbono, además de regular los niveles de azúcar en sangre. En otras palabras, debemos contar con este mineral para que la insulina actúe correctamente en las células.
Otra de las propiedades del cromo es su acción anticoagulante, además de prevenir la arteriosclerosis, una alteración a causa de la cual las paredes de las arterias se endurecen, pierden elasticidad y aumentan en grosor. Asimismo, reduce el grado de obstrucción de los vasos sanguíneos, de forma que también previene trastornos graves como ser la trombosis, el ictus y la angina de pecho, entre otros.
Los pacientes de diabetes pueden conseguir una mayor estabilidad en sus niveles de azúcar en sangre si consumen suplementos de cromo, o bien si se alimentan de productos en los cuales abunde, como ser el brócoli, la cebada, la nuez y la manzana.
Dado que el cromo también colabora con el aumento de la masa muscular, la disminución del volumen de grasa y el fortalecimiento general del organismo, algunos amantes del deporte lo consumen en forma de suplementos. En el ámbito del culturismo, esto es cada vez más popular. Por otro lado, es importante señalar que estas propiedades no han sido probadas científicamente.
Un gran número de estudios apuntan a que un alto porcentaje de la población occidental tiene un déficit de cromo a causa de no comer suficientes alimentos que lo contengan en abundancia. Además de los productos mencionados más arriba, la levadura de cerveza es otro que puede aportar beneficios en este contexto, aunque en especial a las personas con diabetes.
Tener bajos niveles de cromo puede derivar en una absorción deficiente de los hidratos, las proteínas y las grasas, algo que luego suele acarrear pérdida de peso o problemas de colesterol. Otros trastornos que pueden surgir por esta razón son las fracturas, los desgarros musculares, la incapacidad de cicatrización y los problemas de crecimiento.
Cromo también es un elemento compositivo que alude al color. La cromolitografía, en este marco, es una técnica que consiste en litografiar con diferentes colores. La cromósfera, por su parte, es la zona de la capa gaseosa que cubre el Sol que se caracteriza por su tono rojizo.
La noción de cromo también puede derivar de cromolitografía. Así se denomina la cartulina, la tarjeta o la estampa, conocida en algunas regiones como figurita, que exhibe figuras coloridas y que los niños utilizan para coleccionar o jugar.
Los cromos pueden ser autoadhesivos para que los chicos los peguen en un álbum. Estos álbumes cuentan con espacios numerados: cuando el niño consigue el cromo con el número correspondiente, debe pegarlo y llenar el espacio. Completar el álbum, de este modo, constituye un desafío.
