El derecho a la educación es la facultad que tiene toda persona de acceder al sistema educativo. Se trata de un derecho humano y, como tal, es inalienable, irrevocable, irrenunciable e intransmisible.
Cabe destacar que la idea de derecho tiene varios significados. En este caso nos interesa su acepción como la potestad que proviene del estado de un individuo o de sus vínculos con otros, permitiéndole exigir o realizar lo que la legislación fija a su favor.
La educación, en tanto, es la instrucción que un maestro o profesor propicia a través de su accionar. La noción alude a la enseñanza, la formación o la capacitación.
Historia del derecho a la educación
La historia del derecho a la educación se remonta al siglo XIX. Recién en aquella época el Estado comenzó a reconocer a la educación como un servicio que debía suministrarse en beneficio de la totalidad de la comunidad.
Antes del siglo XVI, los niños solían aprender el oficio de sus progenitores como principal formación, más allá de la enseñanza de matemáticas básicas y de la alfabetización. A partir de la Reforma protestante, la escuela empezó a adoptar un rol evangelizador, con lo cual se reforzó su posicionamiento ya que se pretendió incluir a chicos de todas las clases sociales.
Los historiadores afirman que, con la Ilustración, el Estado asumió la regulación de la educación, que pasó a considerarse como un servicio público.
El concepto de derecho a la educación, en este marco, surgió asociado a la voluntad de lograr una mayor homogeneidad social. Al hacer que todos los niños acudan a una escuela dirigida por el poder público, resultaba posible fomentar la cohesión cultural y social mediante el plan de estudios.
Para alcanzar ese objetivo, la obligatoriedad y la gratuidad del nivel primario eran fundamentales en la política educativa. Hoy, como ya indicamos, la educación está presente en la Declaración Universal de Derechos Humanos ya que se considera que hace a la dignidad de la persona, le concede autonomía y le permite desarrollarse en plenitud.
Niveles de enseñanza
Es importante mencionar que existen distintos niveles de enseñanza. Lo habitual es que la obligatoriedad de la educación se aplique sobre la enseñanza primaria, donde se imparten los conocimientos básicos para integrarse a la sociedad.
Más allá de esto, el Estado también debe favorecer el acceso a la enseñanza secundaria y a la enseñanza universitaria. Para esto puede apelar a distintas estrategias, dirigidas tanto a los estudiantes como a los establecimientos educativos, como la concesión de becas, subvenciones y préstamos estudiantiles.
Cabe destacar que existe la educación pública (financiada y gestionada por el Estado de manera directa) y la educación privada (administrada por particulares, empresas u organizaciones no estatales, generalmente con un afán de lucro). En cualquier caso, el Estado se encarga de la aprobación de los planes de estudios y de la oficialización de los títulos.
El alcance del derecho a la educación
El alcance del derecho a la educación debe ser universal. Hay que tener en cuenta que, frente a la asistencia obligatoria que se les impone a los estudiantes en el nivel primario, el Estado tiene que arbitrar los medios para que los niños puedan asistir a clase.
Por un lado, debe desarrollar las infraestructuras escolares necesarias para cada alumno pueda tener su jornada escolar. Esto implica construir escuelas a lo largo y ancho del territorio e impulsar la formación docente para contar con suficientes maestros y profesores. En este esquema no se puede dejar afuera a los medios de transporte que posibilitan que los docentes y los estudiantes arriben a los centros de estudio.
Asimismo, las autoridades tienen que considerar las necesidades educativas especiales. Para que no exista la discriminación en la educación, cada menor en edad escolar debe poder asistir a la escuela: la educación especial, en este contexto, busca desarrollar el potencial de quienes tienen algún tipo de discapacidad.
Tampoco puede dejarse de lado la educación para adultos. El derecho a educarse no se limita a la instrucción infantil, sino que abarca a todos los seres humanos. Un anciano que en su momento no pudo completar la educación primaria debe tener a su disposición la posibilidad de retomar sus estudios.
La importancia de la calidad
En la actualidad, se entiende que el derecho a la educación trasciende la obligatoriedad de la escolarización. Se espera que la escuela ayude a adquirir habilidades del siglo XXI, contemplando la alfabetización digital y la educación bilingüe, por ejemplo.
La calidad de la enseñanza, en este sentido, debe ser una prioridad. La incorporación de tecnología educativa y el aprendizaje electrónico (e-learning) tienen que formar parte del sistema educativo, que además debe contribuir a la formación profesional.
La experiencia educativa no puede ser satisfactoria, por otro lado, sin cuidar la salud mental en la escuela. Combatir el bullying y la violencia escolar en todas sus formas son acciones imprescindibles para que ningún alumno sea privado de su derecho a la educación.