Un desastre es un suceso desdichado, desgraciado o trágico. Natural, por su parte, es aquello vinculado a la naturaleza.
La idea de desastre natural, por lo tanto, alude a un acontecimiento infortunado o fatal que se produce por acción de las fuerzas de la naturaleza, sin que el ser humano sea su responsable directo. Por ejemplo: “Este país ha sufrido grandes desastres naturales a lo largo de su historia”, “Un desastre natural provocó más de mil muertes en el continente africano”, “Hay desastres naturales que pueden prevenirse con obras de infraestructura”.
Un terremoto, un alud, un tsunami, una inundación y un huracán son algunos de los desastres naturales que pueden generar enormes daños y causar la pérdida de miles o millones de vidas. En concreto, se trata de fenómenos naturales que pueden derivar en el desarrollo de un desastre.
Por eso, se suele afirmar que no existen los desastres naturales, sino los fenómenos de causa natural que, cuando los gobiernos no toman las medidas necesarias de prevención y respuesta, generan desastres. Tomemos el caso de un tsunami. En la actualidad existe la tecnología necesaria para prever su irrupción. Las autoridades nacionales, en este marco, deben analizar de manera constante las variables que pueden anticipar un tsunami para estar en condiciones de emitir alertas y evacuar las zonas afectadas. Además tienen que reforzar la contención del agua y construir centros de evacuados. De esta manera, se puede conseguir que el fenómeno natural no se convierta en un desastre natural, o al menos minimizar su impacto.
Hay fenómenos que no pueden predecirse, como los terremotos. Lo que sí se puede hacer es evitar los grandes asentamientos en las zonas de alto riesgo, reforzar las construcciones y desarrollar planes de contingencia para responder a un eventual desastre natural.
La educación de la población es la llave para resolver casi todos los problemas que puede enfrentar un país a lo largo de su historia. Es gracias a la simple transmisión de todos los conocimientos que nuestra especie ha ido recogiendo desde sus orígenes que podemos continuar avanzando, construyendo mejores ciudades, tomando mejores decisiones políticas, descubriendo nuevas curas para las enfermedades más terribles y haciendo frente con mayor eficacia a los fenómenos naturales para que no siempre se conviertan en desastres naturales.
Si bien no en todos los países son comunes los terremotos y los tsunamis, por citar tan sólo dos fenómenos de este tipo, vivir lejos de ellos no significa estar completamente a salvo. De hecho, los destinos turísticos suelen encontrarse en regiones con éstos y otros peligros. Por esta razón es necesario aprender a actuar correctamente ante un desastre natural, y también informarse antes de realizar un viaje para conocer las direcciones de los centros de salud y asistencia de urgencias, entre otras oficinas de interés en estos casos.
Los terremotos pueden ser muy destructivos, pero existen ciertas medidas que pueden ayudarnos a hacerles frente:
* identificar los sitios más seguros de nuestro domicilio y de los edificios que visitemos con frecuencia, como ser la escuela y la oficina. Los más recomendados son los marcos de las puertas y los muebles de madera maciza;
* tener cerca de dichos lugares un botiquín de primeros auxilios, agua potable y latas de alimentos no perecederos, además de herramientas que nos ayuden a movilizarnos, como ser linternas, recordando incluir al menos un repuesto de baterías.
En caso de tsunami, otro de los desastres naturales más aterradores, sólo sirve el segundo de los consejos, ya que la ola suele destruir todos los edificios a su paso, por lo cual es recomendable alejarse de la costa en cuanto sea posible.
