Un dígrafo se crea con dos letras que representan un solo segmento acústico o uno doble con articulación africada. Por ejemplo: rr (como en la palabra «zorro»).
Se llama dígrafo a la secuencia formada por un par de letras que representa un único sonido. El término se emplea en el terreno de la lingüística.
Los dígrafos son conjuntos de dos letras cuya representación es un solo segmento acústico o uno doble con articulación africada. En nuestro idioma, hallamos dígrafos como ll, ch y rr, entre otros.
TemasEjemplos de dígrafos
En el caso de ll y ch, durante muchos años fueron reconocidos como letras que formaban parte del alfabeto. Sin embargo, con el paso del tiempo perdieron esa consideración, con lo cual hoy en día puede afirmarse que ambos son dígrafos (ll formado por dos letras L, mientras que ch se compone de la C y la H). “Atropellar”, “tacho”, “pollo”, “chico”, “allí” y “chasquido” son ejemplos de palabras que incluyen estos dígrafos.
El dígrafo rr, en tanto, aparece cuando hay dos R en posición intervocálica (o sea, situadas entre vocales): “parrilla”, “cigarro”, “carruaje”, “zorro”.
El dígrafo qu aparece en la palabra «queso».
La ubicación de determinados fonemas
Hay dígrafos, por otra parte, que surgen a partir de una ubicación específica de ciertos fonemas. Ese es el caso de qu y de gu.
El fonema /k/, ante una I o una E, da lugar al dígrafo qu: “taquicardia”, “queso”, “maquinaria”, “póquer”. La presencia de una I o de una E antes del fonema /g/ también genera a un dígrafo, en este caso a gu: “guiso”, “guerrero”, “guillotina”, “divulgue”.
Consideraciones sobre algunos dígrafos
Volviendo al dígrafo rr, es importante resaltar que nunca puede ubicarse al comienzo de una palabra, ni tampoco al final. Otra de sus características más llamativas es que su sonido no puede reproducirse al final de una palabra, donde únicamente podemos pronunciar la r, su versión «suave». Sin embargo, sí se encuentra al principio de muchos términos, aunque en esos casos se escribe una sola r, como ocurre con «romper» y «recuperar».
Algo similar ocurre con el dígrafo qu, aunque con ciertas diferencias: nunca puede ir al final de una palabra, pero sí al principio. Además, el mismo sonido podemos reproducirlo con las letras c y k, dependiendo del caso: casa, kilogramo, quiso. Nuestra dicción nos permite pronunciar este sonido al final, como ocurre con Irak, pero no se trata de una palabra castellana.
El dígrafo gu tiene limitaciones similares, aunque no hay palabras que terminen con este sonido. Sí es posible reproducirlo mediante el uso de la g, si le siguen las vocales o, a o u: «gusto», «gato» o «gota».
Su importancia en la lengua
Los dígrafos son muy importantes en nuestra lengua, ya que nos presentan una serie de reglas y excepciones que debemos conocer para escribir, leer y hablar correctamente. Sin embargo, por diferentes motivos la ortografía parece tener cada vez menos relevancia en la vida moderna, y no es raro encontrarse con un joven estudiante que desconozca estas y otras cuestiones del idioma.
La autocorrección ortográfica y gramatical que nos ofrecen la mayoría de los programas informáticos generan una falta de atención que con el correr de los años se asienta y reemplaza la mirada activa del pasado: ya no es necesario pensar en «cómo escribimos» sino que basta con enfocarse en el contenido. Claro que el problema no termina aquí, porque si no conocemos el lenguaje a fondo, tampoco podremos usarlo en toda su extensión, para expresar un sinfín de ideas.
Lejos de ser una mirada pesimista u opuesta los avances de la tecnología, esta postura pretende sumar en lugar de reemplazar. Esta es la única manera de potenciar nuestras habilidades: estudiar todos los conceptos del pasado y combinarlos con el saber actual, para poder escribir, leer y hablar mejor que nuestros antepasados.
Es importante mencionar, por último, que los dígrafos existen en muchas otras lenguas. En catalán podemos encontrar el dígrafo ny y en francés, el dígrafo ou, por mencionar apenas dos posibilidades.
