Ecualizar es un verbo que procede de la expresión inglesa to equalize, traducible como “igualar”. La acción de ecualizar consiste en modificar las frecuencias de reproducción que tiene el sonido u otro tipo de señal, siempre en el marco de ciertos valores.
Al sistema que permite ecualizar se lo conoce como ecualizador. Puede tratarse de un aparato físico (hardware) o de un programa informático (software) que sirve para recortar o reforzar las frecuencias, con los cual cambia el tono y el carácter del sonido.
Entendiendo el sonido
El sonido es una sensación que se produce en el oído. También se llama de este modo a la vibración mecánica que se propaga por el aire u otro medio elástico.
La física indica que el sonido es transmitido a través de las ondas sonoras, originadas a partir de la vibración de un cuerpo. Estas ondas sonoras se transforman en ondas mecánicas en el oído y luego son procesadas e interpretadas por el cerebro.
Cabe mencionar que el oído de un ser humano está en condiciones de captar sonidos de entre 20 y 20.000 hercios aproximadamente. Los hercios miden la frecuencia de las ondas, siendo los sonidos graves aquellos de baja frecuencia y los agudos, los de alta frecuencia.
Qué es ecualizar
Al ecualizar, se puede regular el volumen de las diversas frecuencias de una onda sonora, cambiando así las características del sonido. Los ecualizadores trabajan con filtros que alteran los parámetros en cuestión.
Es importante tener en cuenta que, cuando se ecualiza un sonido, no se producen o añaden nuevas frecuencias. Lo que se hace es recortar o amplificar las existentes.
Funcionamiento de los filtros
Para ecualizar una grabación sonora, como indicábamos líneas arriba, se pueden aplicar filtros. Hay filtros que recortan las frecuencias graves para dejar pasar únicamente las agudas y otros que hacen justamente lo contrario.
El denominado filtro paso banda, en tanto, avala el paso de un rango específico de frecuencias y atenúa las demás.
Ventajas de ecualizar
Ecualizar es una actividad esencial en cualquier estudio de grabación. El proceso también puede llevarse a cabo a nivel hogareño con software de uso gratuito y careciendo de grandes conocimientos técnicos, aunque lógicamente sin obtener resultados de calidad profesional.
Supongamos que un periodista graba una entrevista en la calle. El reportero puede ecualizar el archivo sonoro para minimizar las frecuencias vinculadas al ruido de ambiente y, a su vez, resaltar aquellas que se asocian a la voz del entrevistado.
Lo habitual es que se decida ecualizar para quitar del registro las frecuencias no deseadas. De este modo se “limpia” la señal para optimizar el sonido percibido. Esta ecualización correctiva suele complementarse con una ecualización aditiva o creativa, que consiste en ecualizar para resaltar determinadas frecuencias.
Definir el problema a resolver
Aunque al ecualizar se busca mejorar el sonido, el objetivo no siempre se cumple. En ocasiones, la modificación de las frecuencias no produce el efecto buscado.
De acuerdo a los especialistas, el primer paso para ecualizar con éxito es establecer que defecto se pretende corregir. No tiene sentido alterar las frecuencias si no se sabe qué se desea conseguir.
El exceso y la ausencia de frecuencias bajas o altas, por ejemplo, no son buenos. La idea es que el balance de las frecuencias sea el apropiado.