Se denomina electrostática a la especialización de la física centrada en el análisis de los sistemas que forman los cuerpos con carga eléctrica en equilibrio. Estos cuerpos, al tener carga eléctrica, provocan reacciones de rechazo y atracción, generándose los llamados fenómenos electrostáticos.
Varios siglos antes de Cristo, Tales de Mileto descubrió la propiedad que tienen los materiales de atraer otros objetos. Esto lo logró mediante experimentos con ámbar, frotando dicha sustancia sobre algunas superficies.
Qué es la electroestática
Cuando un objeto acumula cargas eléctricas, produce electricidad estática. Dicha acumulación puede generarse si dos materiales se frotan entre sí, ya que los electrones pasan de una superficie a otra por la diferencia de niveles energéticos (los dos cuerpos quedarán cargados, uno con carga negativa y el otro con carga positiva). Con el contacto, puede aparecer una descarga electrostática: una corriente eléctrica que circula de forma momentánea entre los objetos que tienen distinto potencial.
Por otra parte, si un elemento neutro es tocado por otro que dispone de carga eléctrica, los dos resultarán con el mismo tipo de carga.
El material con carga eléctrica que atrae o rechaza los electrones de otro material produce una carga inducida. En el segundo elemento, se desarrolla una zona con mayor carga positiva que provoca atracción. Esto puede verse cuando un globo es frotado y luego se mantiene adherido a la pared por la fuerza atractiva que deriva de las cargas opuestas de ambas superficies.
Aprovechamiento del fenómeno
Los fenómenos de la electrostática pueden ser aprovechados con algún beneficio, como sucede en el ámbito de la xerografía. En otros contextos, como en la electrónica, son consecuencias indeseadas que pueden generar diversas clases de daños.
El proceso de impresión denominado xerografía (que debe pronunciarse serografía), utiliza electrostática en seco con el objetivo de reproducir o copiar una imagen o un documento. Su nombre deriva de dos términos griegos que hacen referencia a la «escritura en seco». Su invención tuvo lugar en el año 1938 por un físico y empresario norteamericano llamado Chester Floyd Carlson, quien recién una década más tarde consiguió el apoyo económico de una compañía para desarrollar y comercializar su creación.
Efectos negativos de la electroestática
Con respecto a los fenómenos indeseados de la electrostática, existen muchos y cada uno de ellos se debe considerar dentro de su ámbito. Por ejemplo, una de las problemáticas más comunes del mundo laboral gira en torno a las descargas que sufre el personal, algo muy común en oficinas donde el nivel de electricidad estática de los objetos es muy elevado.
El problema tiene lugar cunado un empleado se aproxima a un material cuya carga es muy alta, como puede ser un rollo de película en un área donde se enrolla o desenrolla. Esta exposición no es para nada inofensiva: puede provocar calambres o incluso enfermedades, como ser la lipoatrofía semicircular, un trastorno del tejido subcutáneo que causa depresiones en los músculos, específicamente en su cara anterolateral.
Esto nos lleva a entender que las compañías deben invertir tiempo y dinero en procesos para eliminar la electrostática en sus instalaciones, y para ello deben contratar los servicios pertinentes, o bien crear un departamento que se encargue específicamente de esta problemática.
Cuando un empleado sufre una descarga electrostática en la oficina, pude generarse un arco eléctrico entre él y el objeto cargado, lo cual puede derivar en una situación peligrosa. Por otro lado, el individuo puede acumular parte de esta carga si se mantiene a poca distancia de la fuente; en tal caso, el arco se generará solamente cuando él se aproxime a una pieza metálica puesta a tierra. Un producto adecuado para solucionar estos fenómenos es la barra eliminadora de electrostática, que puede neutralizar las cargas en un radio máximo de un metro.