Aristóteles definió el silogismo y el entimema.
Un Entimema un silogismo abreviado: cuenta con solo dos proposiciones ya que la tercera premisa está sobrentendida. De esta manera el entimema únicamente presenta una premisa antecedente y su premisa consiguiente.
TemasEtimología
La etimología de entimema nos remite al vocablo griego enthýmēma, el cual llegó al latín como enthymēma. Ese es el antecedente etimológico inmediato de nuestro entimema, un término que se emplea en el terreno de la filosofía.
El término griego antes mencionado tiene su origen en el verbo enthyméome, que se entiende como «considero, pienso, ideo, llego a conocer, elaboro un plan, trazo, llego a una deducción». Este verbo, por su parte, está relacionado con el sustantivo thymós, que se define como «espíritu, ánimo, mente, alma, soporte de la reflexión, la deliberación y el pensamiento».
Silogismo
Un silogismo es un argumento con tres proposiciones, siendo la última deducida necesariamente de las dos precedentes. Por eso se dice que el entimema es un silogismo abreviado o truncado, ya que presenta una proposición menos que el resto de los silogismos.
Origen
El origen del entimema se encuentra en el trabajo del filósofo griego Aristóteles (384 antes de Cristo – 322 a. C.), que acuñó este término y definió el concepto. Fue también este filósofo quien descubrió el silogismo.
En su texto denominado Primeros analíticos, el cual se compone de dos volúmenes y a veces se traduce como Analíticos anteriores, encontramos un silogismo que se basa en el indicio de una propiedad que funciona como un término medio silogístico. Por ejemplo, dice que si una mujer está produciendo leche, entonces es posible inferir que está preñada.
Por otra parte, en su obra titulada Retórica, Aristóteles señala la entimema y el ejemplo como los dos recursos de la lógica más importantes con los que puede contar un orador para alcanzar la persuasión. Debemos agregar que el entimema es una deducción y el ejemplo, una inducción. Las opiniones del entimema son probables, verosímiles o, por lo general, se admiten.
Los proverbios, las sentencias y las máximas se encuentran entre las opiniones que usualmente se admiten y pueden ser usadas como premisas para un entimema. Enfocándonos en las máximas, por ejemplo, son afirmaciones que pueden o no requerir una justificación, dependiendo de cuán evidente resulte su contenido. Aristóteles reconocía también los entimemas refutativos, aquéllos que sirven para oponerse a una premisa u objetarla.
Tipos de entimemas
Existen tres tipos de entimemas, que se reconocen de acuerdo con la premisa que falte. Cuando falta la premisa mayor, se habla de un entimema de primer orden. En cambio, si está ausente la premisa menor, se trata de un entimema de segundo orden. El entimema de tercer orden no tiene conclusión.
La premisa mayor de un entimema (o sea, de un silogismo) es la que permite expresar el juicio que contiene el predicado (o término mayor) de la conclusión. Continuamos con la premisa menor, que es donde se encuentra el término menor, también conocido como sujeto. Por último, tenemos la conclusión (o el consecuente), el juicio al que arribamos tras afirmar o negar el vínculo que existe entre los dos términos anteriores.
El entimema puede carecer de premisa mayor, menor o de conclusión.
Veamos un ejemplo de entimema: “Los lobos son cánidos, por lo tanto son mamíferos”. Como se puede advertir, hay dos premisas, con lo cual estamos ante un entimema. La proposición omitida sería “Todos los cánidos son mamíferos”, la premisa mayor. El entimema en cuestión, pues, es de primer orden.
Analicemos otro caso: “Todos los católicos son creyentes, por lo tanto Juan es creyente”. Este es un entimema de segundo orden debido a que carece de la premisa menor (“Juan es católico”). Esa proposición se desprende del propio entimema (si “todos los católicos son creyentes” y, “por lo tanto, Juan es creyente”, se puede inferir que “Juan es católico”).
