Epoxi es un término que procede del vocablo inglés epoxy, a su vez derivado de los términos griegos epi- (que se traduce como “sobre”) y oxy- (que alude a “agudo”). En el terreno de la química, se menciona como epoxi a un grupo funcional que presenta un par de átomos contiguos de carbono, vinculados a través de un puente realizado por un átomo de oxígeno.
Una resina
La idea de epoxi suele usarse como adjetivo para hacer referencia a una resina. Las resinas, en tanto, son sustancias pastosas o sólidas que suelen obtenerse de distintas plantas.
En el caso de la resina epoxi, se trata de una resina sintética que se emplea para producir pegamentos y plásticos. Por lo general se genera a partir de la mezcla de moléculas de epiclorohidrina y cadenas de bisfenol A.
Las resinas epoxis son polímeros termoestables que, con la aplicación de un catalizador, se solidifican en un proceso que recibe la denominación de curado. Estas resinas pueden usarse para rellenar, fijas o sellar, siendo valoradas gracias a su resistencia frente a los golpes y a las temperaturas extremas.
En la electrónica
Otros usos de la resina epoxi aparecen en la electrónica y en la electricidad. La resina epoxi, en este marco, se emplea para brindar protección a circuitos integrados, transistores, generadores y otros elementos de la humedad y del polvo.
La resina epoxi puede proporcionarles a los circuitos un aislamiento excelente, sin afectar en absoluto su rendimiento. Además de los factores externos nocivos ya mencionados, también es efectiva contra el agua de mar y las temperaturas demasiado elevadas o bajas, por lo cual se suele usar en sensores de embarcaciones y otros dispositivos expuestos a los ambientes salinos.
Riesgos de su manipulación
Es importante mencionar que, ya sea en el mezclado, la manipulación o el uso, el contacto con resinas epoxi representa un potencial riesgo para la salud. Por el desprendimiento de vapores que pueden inhalarse, por ejemplo, es posible sufrir daños en el organismo. Los problemas respiratorios causados por las resinas epoxi pueden llegar a ser considerables, aunque su gravedad depende de las características del entorno en el que se inhalen.
Si no están bien ventilados y su temperatura es elevada, entonces el epoxi se concentra aún más en el aire, y puede causar reacciones alérgicas. Sin embargo, la exposición no es tan grave si el vapor se inhala en espacios abiertos, a temperatura ambiente. Las quemaduras también se encuentran entre los riesgos de la manipulación de estas resinas, aunque se dan con mucha menos frecuencia. Las peores irritaciones, que suelen dejar cicatrices y manchas, tienen lugar tras largos períodos de contacto con la piel. En este efecto son relevantes la zona del cuerpo y la concentración de epoxi.
Menos del 10 por ciento de las personas que por determinadas razones se exponen al epoxi sufren algún tipo de reacción en la piel, siendo la dermatitis la más común de todas. Si bien puede acarrear grandes molestias, sus efectos no tardan mucho en desaparecer. Esto si no se extiende demasiado la exposición, ya que entonces el problema puede volverse crónico. Además, si no se trata a tiempo, es posible que derive en un eczema, el cual viene acompañado de ampollas y prurito.
Volviendo a las reacciones alérgicas, la consecuencia más grave de las resinas epoxi, se dan en menos del 2 por ciento. En cada persona, el grado de sensibilización a esta sustancia puede ser diferente, además de estar vinculado a diferentes cuestiones, como ser el nivel y la frecuencia de exposición, las características de su piel y de su sistema inmune. El tiempo necesario para que se produzca esta dermatitis aguda es tan particular en cada individuo, que puede ir desde unos días hasta unos años.