Equidistante es un adjetivo que se utiliza para calificar a aquello que equidista. En cuanto a equidistar, dicho de dos cosas o individuos con respecto a otro u otros elementos, supone encontrarse a la misma distancia.
Supongamos que, desde una ciudad X, la localidad R queda a 500 kilómetros, la misma cantidad que la localidad S. Puede decirse, por lo tanto, que R y S son equidistantes de X. Para llegar a cualquiera de las dos urbes desde X, habrá que recorrer 500 kilómetros.
En el ámbito de las matemáticas, se utiliza la noción de distancia para aludir a la longitud del segmento de una recta que une dos puntos del espacio euclídeo. Dicha distancia se expresa en números. Cuando un cierto punto se halla a la misma distancia de otros dos, resulta equidistante de ambos.
Entre dos puntos de una recta dada, este concepto también se conoce con el nombre de punto medio, y se consigue creando un vector que vaya del primero en dirección al segundo y luego multiplicándolo por la mitad de la extensión del segmento que los une.
Si nos trasladamos al terreno de los planos, encontramos diferentes situaciones en las cuales aparecen los puntos equidistantes:
* en la mediatriz de un segmento, es decir la recta perpendicular que podemos trazar en su punto medio, sus puntos son equidistantes de los extremos del segmento;
* cualquier punto de una circunferencia dada es equidistante de su centro;
* todo punto de la bisectriz de un ángulo es equidistante a sus lados;
* dadas dos rectas paralelas, sus puntos equidistantes forman una recta paralela entre ellas;
* en una parábola, sus puntos son equidistantes de la directriz y del foco.
Si tomamos como referencia un triángulo, el punto central de su circunferencia circunscrita (aquella que pasa por sus tres vértices) es precisamente el que equidista de los otros tres.
Si bien las aplicaciones de este concepto pueden ser difíciles de imaginar para una persona ajena a la ciencia, incluso en el ámbito de los gráficos por ordenador se puede utilizar para centrar objetos en el espacio: ya sea en un videojuego o en una animación, ocurre muchas veces que deseamos ubicar a un personaje o un objeto en un punto equidistante de otros.
La noción de equidistante también puede utilizarse en sentido simbólico. Tomemos el caso de un país donde se producen constantes enfrentamientos entre personas que están a favor del aborto legal y manifestantes que, en cambio, buscan defender la vida desde el inicio de la gestación bajo cualquier circunstancia. El presidente de la nación, en este marco, opta por ubicarse en una posición equidistante entre ambas posturas: no se manifiesta a favor de ninguna ni tampoco las condena.
Un dirigente político, por otra parte, puede desarrollar una propuesta electoral que, según afirma, es equidistante de la derecha y de la izquierda. De esta manera, el candidato intenta cautivar a las personas que no se sienten atraídas por ninguno de los extremos.
En este sentido, una persona con una postura equidistante de dos extremos puede ser calificada de diferentes formas, según el observador. Hay quienes aprecian la neutralidad, ya que consideran que desde un punto a mitad de camino entre otros dos es posible tener una perspectiva más clara y amplia de un problema dado, y que esto abre las puertas a la elaboración de mejores planes de acción para resolverlo.
Por otro lado, están quienes creen que ser equidistante de dos posturas o ideas es lo mismo que no comprometerse con ninguna de ellas, que refleja el miedo a expresar las propias opiniones. Sobra decir que para estas personas no se trata de un concepto positivo, sino de una forma de entorpecer la solución de un problema a causa de una falta de determinación.