Especie nativa es una noción, en ocasiones reemplazada dentro de la disciplina conocida como biogeografía por expresiones como especie autóctona o especie indígena, que identifica a una cierta especie (ya sea vegetal o animal) con un ecosistema o un territorio en particular.
En conjunto, las especies nativas, gracias a fenómenos de carácter natural, conforman la fauna y la flora propias de una región. Al adaptarse entre sí y a las condiciones del área donde conviven sin intervención del ser humano dan origen a una comunidad de seres vivos que, al compartir un hábitat, integran un ecosistema.
Las plantas, los árboles y ejemplares de múltiples especies animales, así como los sitios donde nacen, crecen, se desarrollan y mueren, deben ser preservados y respetados para no atentar contra la biodiversidad. Es fundamental tener presente que para alcanzar una biósfera equilibrada y garantizar el bienestar de todos los organismos que habitan la Tierra es necesario cuidar la diversidad biológica. No habrá supervivencia posible si, como lamentablemente ocurre hoy en día en muchos sectores del planeta, está en riesgo la biodiversidad. Esta es esencial para regular corrientes de materia y energía, mantener estables a las superficies litorales e intervenir positivamente en procesos o fenómenos atmosféricos.
Es fundamental respetar y preservar la biodiversidad.
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ResumenConceptos vinculados a las especies nativas
Hay conceptos vinculados a las especies nativas que dejan al descubierto la importancia de reconocerlas, examinarlas y cuidarlas.
En primer lugar, tras tener en claro el valor que poseen las especies autóctonas para la biodiversidad, es valioso remarcar que la diversidad biológica presenta un perfil dinámico ya que el proceso evolutivo es constante. Tampoco es uniforme, sino que en cada superficie, en función de elementos y factores como el tipo de suelo, la altitud o el clima, existe una biodiversidad más o menos nutrida.
Es interesante señalar, por otra parte, que no necesariamente las especies nativas se encuadran en la categoría de endémicas. Los expertos en Biología apelan a la idea de endemismo con el propósito de individualizar a especies que, de manera natural, poseen un área de distribución concreta (aunque es variable la extensión que ocupan) y no aparecen en otros rincones del mundo.
Cuando la acción humana, tanto de manera intencional como accidental, genera que determinados ejemplares de vegetación o animales lleguen a zonas ajenas a sus territorios nativos entra en juego el concepto de especie exótica. No es un dato menor para el equilibrio de la naturaleza el hecho de transportar animales o plantas a cualquier sitio al cual no pertenezcan originalmente: las también llamadas especies introducidas pueden llegar a tener consecuencias negativas en el ecosistema donde se instauran. En este marco, el nicho ecológico vinculado a otras especies se altera y la diversidad biológica nativa empieza entonces a enfrentar serios riesgos.
Frente a ecosistemas que lucen deterioros complejos, la solución o práctica que apunta a restablecer la vida o regenerar fuentes de bienestar aparece apelando a la restauración ecológica. La regeneración arbórea nativa, por hacer foco en una opción concreta, es clave para restaurar bosques. Al detectarse suelos que perdieron calidad y exhiben una degradación producto de la agricultura o de una intensiva explotación económica, en tanto, se apuesta por la reforestación empleando plantas nativas.
La caza furtiva y la deforestación destruyen más de un ecosistema.
Impacto de especies exóticas invasoras
El impacto de especies exóticas invasoras se advierte en diferentes ámbitos. La salud humana, por ejemplo, queda expuesta a enfermedades desencadenadas por vectores y patógenos exóticos invasores. Estos se van expandiendo por el mundo de la mano de la industria comercial y el sector turístico porque el incesante traslado y movimiento de gente también genera que se vayan dispersando parásitos, virus y bacterias.
La riqueza ecológica se compromete seriamente, asimismo, porque las especies exóticas invasoras generan transformaciones estructurales en ecosistemas y transmiten enfermedades que pueden destruir ya sea a la fauna nativa como a la flora nativa, por ejemplo.
También los paisajes, y junto con ellos costumbres o usos de recursos propios de un pueblo, evidencian variaciones. Una invasión biológica daña, incluso, la economía de una nación si hay pérdidas monetarias considerables por efecto de inconvenientes en la ganadería, la pesca o el aprovechamiento de recursos naturales, por enumerar algunas posibilidades.
Distribución de especies nativas
La distribución de especies nativas está condicionada o marcada por un amplio número de cuestiones. Hay mapas elaborados por expertos que ayudan a descubrir o recordar qué organismos son propios de una geografía y estudios centrados hasta en la distribución de especies no nativas, pero el cambio climático y las invasiones biológicas, entre otros factores, ocasionan modificaciones frecuentes.
Es importante, además, considerar que los límites (geográficamente hablando) de la distribución de especies se determinan en función de factores abióticos y de factores bióticos. Las comunidades que están por fuera del límite se catalogan como poblaciones periféricas o marginales, mientras que en la zona céntrica aparecen las poblaciones centrales.
El cambio climático atenta contra la supervivencia de muchas especies.
Medidas de conservación
Las medidas de conservación son imprescindibles ante tantas realidades que amenazan o impiden la supervivencia y la óptima calidad de vida de criaturas que habitan océanos, selvas, lagos y cualquier otro territorio. El tráfico de especies silvestres, la contaminación, la caza furtiva, la pesca ilegal, la deforestación y el cambio climático son algunas de las principales razones de la destrucción total o parcial de ecosistemas. También las sequías, los incendios forestales y las inundaciones influyen en la pérdida y degradación del hábitat de miles y miles de especies.
Impartir educación ambiental, fortalecer el apoyo gubernamental y/o institucional dirigido a áreas protegidas, implementar la conservación ex situ (que implica conservar elementos de la biodiversidad lejos de su hábitat natural desde centros de flora y fauna o bancos de germoplasma) y hacer conservación in situ (protegiendo a especies en peligro de extinción sin alejarlas de sus entornos naturales) son estrategias que contribuyen a garantizar la conservación de la diversidad biológica.
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