La edad de los estratos sirve para calcular la antigüedad e los hallazgos arqueológicos.
La estratificación es el acto y el resultado de estratificar. Este verbo (estratificar), a su vez, refiere a ordenar en estratos.
TemasDisposición en estratos
Un estrato, en tanto, es un conjunto de piezas o elementos que integran una entidad mayor y que están agrupados por ciertas características en común. Puede asociarse los estratos a niveles o capas.
Retomando la idea de estratificación, alude a una disposición en estratos. El concepto aparece en múltiples ámbitos, adquiriendo diversos matices y significados específicos.
Para la arqueología
En la arqueología, analizar la estratificación es clave para determinar la antigüedad de los hallazgos. Cuando se realizan las excavaciones, la tierra extraída se ordena con cuidado: así, al detectarse un objeto, según el estrato en cuestión es posible llegar a diversas conclusiones.
Esto es posible porque sabemos que cada estrato surgió en un momento diferente de la historia, de manera que es posible usar su antigüedad como punto de referencia. Si no se documenta cuidadosamente el estrato en el que se halla un objeto, el trabajo de datación puede verse seriamente comprometido.
La estratificación en el ámbito de la geología es algo que se da de forma natural, pero que el ser humano aprovecha por medio de la estratigrafía, la rama de la geología que estudia los estratos y sus relaciones. Los orígenes de esta disciplina datan de la primera mitad del siglo XIX, aunque hay evidencias más antiguas de estudios de datación de estratos.
En geología
En el terreno de la geología, la estratificación se vincula a cómo se distribuyen los estratos de un terreno. En este caso hay que entender a los estratos como capas que tienen un espesor bastante uniforme y que se superponen.
Al analizar la estratificación de un cañón, por ejemplo, encontramos al estrato más antiguo en la parte inferior (la base) y al estrato más reciente en el sector superior (el techo). En el medio pueden detectarse otras capas.
Estratificación social
La estratificación social, por otra parte, está relacionada a las clases que pueden reconocerse en el interior de una sociedad. Mediante determinados criterios, las personas son categorizadas en una pirámide que refleja las desigualdades existentes.
Muchas veces la estratificación social se realiza de acuerdo a los ingresos. De este modo, la clase más pobre ocupa el nivel inferior de la pirámide, mientras que la clase más rica se sitúa en la punta. Esto se dice con mucha facilidad, pero lejos del frío análisis está la experiencia de cada persona, de los sujetos de estudio, muchos de los cuales deben sufrir en carne propia las características del estrato con el que se las relaciona.
La desigualdad social es uno de los problemas más graves de la humanidad.
Para que exista esta desigualdad social, es obligatorio que se haya establecido una jerarquía. Si bien en principio podríamos teorizar que la jerarquía podría haber aparecido de forma espontánea, como resultado de una especialización natural dentro de cada comunidad, al día de hoy la organización de las sociedades se lleva a cabo siguiendo multitudes de normas y reglas preestablecidas que no dejan lugar a la improvisación. Desde el momento del nacimiento somos juzgados por nuestra «procedencia», nos vinculan con un estrato social antes de que aprendamos a hablar.
Uno de los puntos a tener en cuenta para estudiar la estratificación social es el contexto histórico, donde entran en juego diversos aspectos, como ser la situación política, la económica y la social, tanto locales como mundiales. Como todo análisis de la realidad humana, éste no puede ser absolutamente objetivo o unívoco: un cuadro puede evocar la pobreza en un país pero la normalidad en otro. Además, una vez que se determina esta división jerárquica debe mantenerse firme durante el período en el cual el contexto no varía; es decir, los resultados no pueden variar con mucha frecuencia.
