La locución latina ex aequo se traduce de manera literal como “en pie de igualdad”. La expresión suele emplearse en concursos y competencias para hacer referencia a los participantes que comparten una misma posición o distinción.
Mismo reconocimiento
Si un premio tiene dos ganadores ex aequo, quiere decir que los dos triunfadores lograron el mismo reconocimiento. Dicho de otro modo, los vencedores compartieron el galardón en cuestión.
En certámenes literarios
Es habitual que la idea de ex aequo aparezca vinculada a los certámenes literarios. Tomemos el caso del Premio de Poesía Jaime Gil de Biedma, que concede la Diputación de Segovia (España). En su primera edición, que tuvo lugar en 1991, se entregó ex aequo a José Pérez Olivares por “Examen del guerrero” y Luis Javier Moreno Madroño por “El final de la contemplación”.
La edición 2020 del Premio Internacional Francisco de Aldana de Poesía en Lengua Castellana, en tanto, se otorgó ex aequo a Gloria Fernández Sánchez y Boris Rozas. Esto quiere decir que ambos autores cautivaron al jurado por igual.
Reglas de uso
Cabe resaltar que la Fundación del Español Urgente (Fundéu BBVA) indica que ex aequo se escribe con ambos componentes separados (ex y aequo). Dicho de otra manrea, unirlos con un guion (ex-aequo) o escribirlos juntos (exaequo) constituye un error. Además, como ocurre con todas las demás locuciones latinas, es necesario escribirlo en cursiva, tal y como hemos echo a lo largo de este artículo.
Más allá de estas reglas a la hora de incluirlo en un texto en español, echemos un vistazo a las cuestiones gramaticales que debemos tener en cuenta para combinarlo con nuestras palabras y estructuras. Por lo general, se inserta luego del sustantivo que representa el galardón o bien del verbo que lo evoca de manera implícita: «dieron el premio ex aequo» o «se lo otorgaron ex aequo». Si tan sólo nos dejásemos guiar por su significado, «con igual mérito para recibir una distinción», no podríamos armar dichas oraciones de la misma forma.
La pronunciación de esta locución latina genera cierto grado de confusión, tanto como muchas otras que también provienen de la misma lengua muerta. Se recomiendan dos opciones: eksékuo (es decir, omitiendo el sonido de la A) o eksaékuo; en ambos casos, acentuando la letra E. El problema no es tan simple como recurrir a un único diccionario, ya que el latín tuvo variaciones en su pronunciación incluso cuando se encontraba en vigor: a lo largo y ancho del Imperio romano, cada pueblo le aportaba diferentes condimentos, propios de su lengua. Al día de hoy se aceptan estas diferencias a nivel académico, de manera que no se espera que un italiano pronuncie el latín como un estadounidense o un argentino.
ex aequo et bono
La locución ex aequo et bono, por otra parte, se usa en el ámbito jurídico para hacer mención a la facultad de un tribunal de decidir la resolución de un litigio con la medida que entienda como más equitativa en un caso específico.
Este principio se encuentra reconocido en el estatuto de la Corte Internacional de Justicia, por ejemplo, en su artículo 38.2, en el cual se indica que la Corte tiene esta facultad siempre que las partes la acepten de común acuerdo.
Este estatuto forma parte de la Carta de las Naciones Unidas, en su capítulo XIV, y consta de cinco capítulos a lo largo de los que trata temas como la organización y las competencias de la Corte.
Con respecto a la Corte Centroamericana de Justicia, que se puso en funcionamiento en el año 1994 en Managua, la capital de Nicaragua, también se establece la posibilidad de resolver un caso de este modo si las partes interesadas así lo acuerdan.