Una fintech es una empresa que ofrece servicios financieros a través de la utilización de tecnologías centradas en el usuario. El término, que no está incluido en el diccionario de la Real Academia Española (RAE), procede de la expresión inglesa financial technology (traducible como «tecnología financiera»).
El concepto también puede emplearse para nombrar al sector de las tecnofinanzas. La banca digital, las aplicaciones de pago, las plataformas de trading, las criptomonedas y la gestión de activos digitales como los NFT (Non-fungible Tokens) forman parte de esta área.
Origen del sector fintech
El origen del sector fintech está vinculado a la evolución tecnológica y a la aplicación de los recursos digitales a la industria bancaria y financiera. En una primera instancia, que comenzó a desarrollarse en la década de 1970, las tecnofinanzas corrían por cuenta de las instituciones bancarias tradicionales que iniciaron un proceso de digitalización.
A partir de la crisis económica de 2008, sin embargo, empezaron a nacer entidades digitales orientadas a ofrecer prestaciones de tipo bancarias pero sin estar atadas –en un principio– a las mismas normas que rigen a los bancos. Estas start-ups, por lo tanto, fueron las fintech pioneras, que aprovecharon el descontento de gran parte de la población con las entidades convencionales.
Hoy existen los neobancos: bancos 100% virtuales que no disponen de sucursales físicas, como Ualá, Brubank o WeBank. A estas fintech hay que sumar a cada monedero digital que se encuentra activo y a las criptomonedas como Bitcoin y Ethereum que apelan a la blockchain como protagonistas del sector.
Es importante destacar que actualmente, si bien el funcionamiento se encuentra regido por las particularidades de la legislación de cada país, la regulación fintech suele depender del banco central de la nación.
Qué servicios y productos ofrecen
Las fintech brindan numerosos servicios y productos. Entre los más usados se encuentran las transferencias y los pagos: es decir, la posibilidad de movilizar dinero online.
Las inversiones también integran oferta de las fintech. Estas empresas se erigen como un canal para invertir en criptomonedas, divisas o fondos comunes de inversión (FCI), por ejemplo, de una manera muy sencilla y con la posibilidad de automatizar diversas acciones. Asimismo, estas firmas suelen conceder préstamos en línea y brindan la opción de contratar seguros.
El cambio de monedas, asimismo, integra el abanico de las fintech. A diferencia de los bancos y las casas de cambio convencionales, las fintech se basan en la tecnología de cadena de bloques para registrar las operaciones y además permiten intercambiar divisas de curso legal (como dólares o euros) por moneda digital y viceversa.
Ventajas de las fintech
El ahorro de tiempo es la principal ventaja que ofrecen las fintech a los usuarios. Desde un teléfono, es posible pagar servicios o impuestos; cobrar la venta de un producto o la provisión de una prestación; transferir dinero, etc.
Este tipo de operaciones, hasta hace pocos años, requerían acercarse a una sucursal bancaria, esperar a ser atendido y completar diversos pasos burocráticos. Con los cajeros automáticos algunos procesos se simplificaron, pero seguía siendo necesario el desplazamiento físico hacia un lugar.
La simplicidad, por lo tanto, es el punto fuerte de una fintech. Las cuentas se abren con el teléfono: solo hay que descargar una aplicación, comprobar la identidad (a través de una fotografía del DNI y/o del rostro, entre otros métodos de autenticación biométrica) y registrar ciertos datos básicos. La apertura de una caja de ahorro en un banco, en cambio, obliga a ir a la sucursal, esperar el turno, presentar diversos comprobantes e incluso firmar documentación.
Para las entidades, la virtualidad permite un ahorro de costos. Es más barato brindar los servicios a través de una app que abrir y mantener una sucursal en un edificio. Esto contribuye, por consiguiente, a brindar prestaciones más económicas ya que no se trasladan costos elevados a los clientes.
Todas estas cuestiones hacen que las fintech contribuyan a que las clases sociales más bajas hagan uso de servicios financieros a los cuales antes no accedían, impulsando así su bancarización (digital). De igual forma, para un emprendedor es más fácil cobrar a través de un pago QR de una fintech que recurriendo a la infraestructura bancaria. Los microcréditos y el crowdfunding son otras soluciones fintech de gran aceptación.
No se puede dejar de mencionar, por otro lado, que las fintech aprovechan la inteligencia artificial y el big data para brindar informes personalizados a sus usuarios, ayudándolos a conocer con precisión la composición de sus gastos y sugiriéndoles alternativas de inversión.
La importancia de la seguridad
La ciberseguridad en fintech es clave. Las empresas deben garantizar el cuidado de la identidad digital de sus usuarios y proteger la información en el procesamiento de pagos, entre otros asuntos que deben ser atendidos.
La política de seguridad cibernética debe incluir recursos e instrumentos para prevenir el phishing y otros métodos de ciberdelincuencia. Los antivirus actualizados y los firewalls o cortafuegos, pues, son necesarios.
Si bien los riesgos fintech suelen ser mencionados con frecuencia, hay que tener en cuenta que los bancos tradicionales en la actualidad también brindan sus servicios vía Internet, con lo cual los riesgos son similares.