El término fisión, que deriva del vocablo latino fissio, tiene varios usos. El primer significado mencionado por la Real Academia Española (RAE) en su diccionario alude a un rompimiento, una secesión o una división.
En el terreno de la biología, se denomina fisión a la división de una célula que se produce cuando, luego de un estrangulamiento, se separan distintos fragmentos de protoplasma (la sustancia que contiene el núcleo celular y el citoplasma).
Se llama fisión binaria a un método de reproducción asexual que comparten determinadas levaduras, algas, bacterias y otros organismos. En este proceso, primero el ácido desoxirribonucleico (ADN) se duplica. Luego se produce la citonesis, que supone la separación del citoplasma. De este modo, mediante la fisión binaria, surgen dos células hijas.
En el ámbito de la física, la fisión nuclear se produce cuando el núcleo de un átomo se rompe a partir de un bombardeo de neutrones. Este fenómeno genera una gran liberación de energía.
La fisión implica que el núcleo se divida en dos o incluso más núcleos de menor tamaño, además de subproductos como fotones, neutrones libres y otros. Como se trata de un proceso exotérmico, se produce la liberación de energía como energía cinética y a modo de radiación gamma.
Es importante destacar que la fisión nuclear puede provocar una reacción en cadena ya que los neutrones que se lanzan como subproductos pueden impactar contra otros núcleos y provocar nuevas fisiones.
No debemos confundir este concepto con el de fusión nuclear, el proceso que da como resultado la unión de diversos núcleos atómicos con cargas similares, para formar uno de mayor peso. Al mismo tiempo que ocurre este fenómeno, se absorbe o se libera un gran volumen de energía, gracias a la cual la materia entra en un estado plasmático (el cual se parece al gaseoso aunque con algunas partículas ionizadas que no están equilibradas).
La fisión nuclear es la base de las bombas nucleares o bombas atómicas, cuyo poder destructivo está dado por la energía que libera la reacción en cadena que generan. Estas bombas son armas de destrucción masiva: el único país que utilizó un arma de este tipo contra la población civil fue Estados Unidos en 1945, cuando atacó a las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki y provocó cientos de miles de muertes.
Todo comenzó en el año 1938, cuando Fritz Strassmann y Otto Hahn, dos químicos e investigadores de origen alemán, descubrieron la fisión nuclear aprovechando los hallazgos de un trabajo que había llevado a cabo Hahn con la física austriaca Lise Meitner. Cabe señalar que este descubrimiento le valió el Premio Nobel de química a Hahn en 1944, ya que se trata de una parte importante de la física y la química nuclear.
Si bien podríamos decir que la fisión tiene lugar cuando se desintegra la materia radiactiva y que suele comenzar del modo más fácil posible, por medio de la inducción por la absorción de un neutrón libre, también es posible lanzar otros componentes hacia el núcleo fisionable para inducir este fenómeno. Entre las cosas que pueden usarse en el bombardeo se incluyen los fotones de mucha energía, los núcleos y los protones.
Aunque no es común que suceda, puede darse que tenga lugar la fisión nuclear de un núcleo fisionable de manera espontánea, sin que entre un neutrón. Otro dato interesante es que el peso del elemento es directamente proporcional a la facilidad de la inducción.
Para todo elemento que pese más que el hierro la fisión genera energía, mientras que para los más livianos es necesario proveerles energía. En una reacción de fusión nuclear se da precisamente lo opuesto.