La flexibilidad laboral es un método de organización del trabajo que le permite al empleado elegir, dentro de ciertos límites y de acuerdo a determinados criterios, cómo cumplir con sus tareas. De este modo, el trabajador cuenta con una mayor libertad en comparación a otros sistemas o regímenes.
Con la flexibilidad laboral, el empleado encuentra contemplados sus intereses y necesidades, incrementando así su satisfacción en la empresa. Para el empleador, ese bienestar de la persona que trabaja deriva en más productividad y menor conflictividad.
Origen de la flexibilidad laboral
El origen de la flexibilidad laboral suele ubicarse en la década de 1990. Si bien siempre hubo compañías y empleadores más flexibles que otros a la hora de fijar las condiciones de trabajo, el avance de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en los ´90 dio lugar a una nueva tendencia en las relaciones laborales y en la actividad cotidiana en las oficinas.
En muchas empresas, la flexibilidad laboral obedeció a la necesidad de adaptarse a los hábitos que surgieron con el auge de Internet y a las posibilidades que la Web abrió en múltiples ámbitos. Los recursos tecnológicos también modificaron los procesos de producción y la prestación de servicios, con lo cual el día a día en el interior de las entidades mutó.
En este marco, los empresarios tuvieron que modificar ciertas pautas para retener a sus talentos. También debieron ajustarse a las demandas de un mercado globalizado que llevó a la introducción de cambios en el seno de las entidades.
Un momento clave en la flexibilidad laboral fue la pandemia de COVID-19. En 2020, la situación epidemiológica obligó a que las empresas adopten el trabajo remoto, una realidad que con el tiempo se transformó en una especie de derecho adquirido para muchos trabajadores. Hoy la posibilidad de cumplir con el trabajo en el hogar, al menos algunos días a la semana, forma parte de los beneficios que ofrecen las compañías.
Sus características
La flexibilidad laboral se basa en el poder que se le otorga el trabajador para que elija ciertas condiciones vinculadas a su puesto. En un sentido amplio, se trata del conjunto de aquellas medidas o decisiones que facilitan la conciliación laboral-familiar y contribuyen al bienestar del empleado.
El horario flexible es uno de sus pilares. Se permite a las personas acomodar la hora de ingreso o de salida, o elegir un bloque horario cuando es un trabajo por turnos.
En general, se autoriza una gestión del tiempo autónoma. Así se puede impulsar el trabajo por proyectos y no por cantidad de horas. Otros beneficios relacionados son la posibilidad de establecer una reducción de la jornada laboral o incluso de completar una semana laboral de cuatro días, extendiendo así el descanso.
La alternativa de trabajar a distancia, por otro lado, ayuda a que el trabajador pase más tiempo en su hogar. La tecnología digital que permite la comunicación virtual vía teleconferencias y otros recursos y que contempla el uso de software de colaboración hace que, en muchos casos, a la empresa le resulte indiferente si el empleado se encuentra físicamente en la sede de la entidad o en cualquier otro lugar.
El home office además deja abierta la chance del nomadismo digital. Hay profesionales que llevan el trabajo consigo gracias a una computadora portátil, con lo cual pueden mudarse continuamente o viajar de modo constante sin que eso incida en su labor.
Más días de vacaciones y de licencia de maternidad/paternidad, la rotación de puestos y la disponibilidad del empleador para favorecer actividades de capacitación, aprendizaje y desarrollo son otras características que pueden estar presentes en la flexibilidad laboral.
Beneficios de la flexibilidad laboral
Los beneficios de la flexibilidad laboral son numerosos y se desprenden de las características mencionadas líneas arriba. En resumen, este método de organización ayuda a alcanzar un equilibrio trabajo-vida satisfactorio para el empleado.
Esa libertad más amplia suele reducir el estrés laboral. En una compañía que implementa la flexibilidad laboral es poco probable que los trabajadores sufran el síndrome del quemado (burnout) y otros trastornos de salud mental asociados al empleo.
La flexibilidad laboral también puede implicar un ahorro para ambas partes. Quien trabaja desde su casa no gasta en combustible para su automóvil ni en boletos o pasajes del transporte público; el empleador, en tanto, puede achicar su estructura fija (en relación al uso de computadoras, muebles o hasta oficinas) con la descentralización del trabajo.
Como ya indicamos, una política de recursos humanos de este tipo, que aumente la satisfacción laboral, es favorable para las empresas ya que suele repercutir positivamente en la motivación del trabajador y en la productividad.
Aspectos negativos
La flexibilidad laboral en sí misma no es negativa, sino que sus consecuencias pueden resultar perjudiciales según la actitud del trabajador. Trabajar a distancia y gestionar los tiempos propios con libertad exige la responsabilidad del empleado para que el sistema funcione.
Una evaluación del desempeño puede revelar que el home office repercute en el rendimiento. Si una persona que se dedica a la atención al cliente resolvía diez reclamos por día en la oficina pero trabajando desde su casa solo resuelve cuatro, queda claro que este aspecto de la flexibilidad laboral terminó siendo contraproducente.