El vocablo latino folium, que puede traducirse como “hoja”, llegó a nuestro idioma como folio. El diccionario de la Real Academia Española (RAE) reconoce varias acepciones del término.
El primer significado que recoge la RAE hace alusión a la hoja de un cuaderno, una libreta, etc. Sin embargo, en algunos contextos, folio y hoja no se emplean como sinónimos, ya que pueden hallarse ciertas diferencias.
A la hoja de un cuaderno, libreta o libro se la puede mencionar como folio.
Qué es un folio
En un sentido amplio, se llama folio a la hoja de pergamino o de papel que forma parte de algún tipo de publicación. En este marco, es importante indicar que los manuscritos, desde el siglo XIII aproximadamente, suelen numerarse de acuerdo a los folios, apelando a los números romanos.
El folio, de esta manera, dispone de una cara frontal que se conoce como recto y de una cara trasera que se denomina verso. El recto se abrevia con una r, mientras que el verso es abreviado con una v.
Cabe resaltar que la idea de hoja alude a una lámina que, si bien puede ser de papel, también puede estar hecha con madera, metal u otro material. En ciertos casos, pues, no puede usarse en reemplazo de folio.
En torno al siglo XIII, los folios de los manuscritos empezaron a numerarse con números romanos.
Otros usos del concepto
Las partes resultantes de doblar un papel en un cuaderno o libro son mencionadas como folios. Una hoja puede doblarse una, dos o tres veces para la obtención de dos, cuatro u ocho páginas por lado, generando múltiples folios.
Existe, por otra parte, un formato de papel conocido como folio. Actualmente se llama folio al papel cuyas dimensiones son 12 x 19 pulgadas (es decir, 30,5 x 48,3 centímetros). Tiempo atrás, en cambio, el folio tenía 8,5 x 12,4 pulgadas (21,5 x 31,5 centímetros).
En este ámbito hay que señalar que folio es un formato vinculado al tamaño del papel, al igual que A4, oficio o carta. Los estándares varían de acuerdo a la región.
Folio de plástico
Otra utilización de la noción se vincula a un sobre de plástico. Los folios, en este sentido, se usan para almacenar o proteger hojas de papel, generalmente cuando constituyen documentos o materiales de una cierta relevancia.
Un estudiante, por ejemplo, puede guardar y presentar un trabajo práctico en un folio. Así, las hojas se encuentran protegidas. También se facilita la entrega de los contenidos al docente que debe evaluarlos.
Una posibilidad es apelar a un folio para conservar la documentación de una vivienda o de un automóvil, por mencionar dos posibilidades. Los certificados de diversos trámites y los comprobantes de pago se pueden contener en folios de plástico.
Edición valiosa de un libro
Folio, por último, es el nombre que recibe una edición particular de una obra que tiene un valor especial. Es habitual que se hable, en este contexto, del First Folio de William Shakespeare.
Este First Folio agrupa las primeras publicaciones de 36 obras de teatro del dramaturgo británico. La recopilación y la edición se les atribuyen a Henry Condell y John Heminges, quienes habrían llevado a cabo la tarea en 1623. Los expertos creen que se imprimieron cerca de 800 ejemplares.
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