El primer paso que vamos a dar es descubrir el origen etimológico del término formol que ahora nos ocupa. En este caso, podemos establecer que deriva del latín, ya que es fruto de la suma de dos componentes léxicos de dicha lengua:
-El sustantivo “formica”, que puede traducirse como “hormiga”.
-El sufijo “-ol”, que se usa para hacer referencia a lo que son alcoholes.
El formol es una disolución acuosa de aldehído fórmico, un compuesto químico inflamable y volátil también conocido como formaldehído. Un aldehído es el primer producto que se obtiene con la oxidación de determinados alcoholes: en el caso del aldehído fórmico, se trata del gas resultante de la oxidación del alcohol metílico.
Cuando el aldehído fórmico o formaldehído es disuelto en agua al 40%, se obtiene la sustancia denominada formol. Se trata de un líquido que carece de color y que se caracteriza por su olor penetrante.
El formol suele emplearse para conservar muestras biológicas. Las empresas que prestan servicios funerarios, por ejemplo, pueden recurrir al formol para que un cadáver se preserve, impidiendo su degradación y descomposición. De este modo, el cuerpo tratado con formol puede colocarse en el féretro para el desarrollo del velatorio.
Otro uso del formol se vincula a la desinfección. Muchas veces esta disolución sirve para esterilizar instrumentos quirúrgicos y médicos.
En el terreno de la cosmetología, la estética y la higiene personal, existe una gran polémica en torno al formol. A modo de conservante puede aparecer en cremas de baño y champús. También lo utilizan en salones de belleza para lograr el alisado permanente del cabello. Sin embargo, en diversas regiones se han prohibido estos usos ya que representan un riesgo para la salud.
En el caso de la Unión Europea hay que establecer que las autoridades pertinentes tienen muy controlado y asegurado lo que es el uso del formol en la fabricación de productos relacionados con la cosmética y la belleza en general, dada su peligrosidad.
El formol solo se permite en ciertas cantidades reducidas debido a que, al entrar en contacto con la sustancia, ingerirla o inhalarla, una persona puede sufrir diversos daños por su toxicidad. El formol puede provocar cefalea, náuseas, vómitos e irritación: en casos extremos, la intoxicación incluso lleva a la muerte.
Otros datos de interés sobre el formol son los siguientes:
-Se considera que fue descubierto en la segunda mitad del siglo XIX, concretamente en el año 1859, por el químico ruso Aleksandr Butlerov (1828 – 1886). Sin embargo, hubo que esperar unos años después para que fuera identificado de la forma correcta. Y eso es algo que realizó el químico alemán August Wilhelm von Hofmann (1818 – 1892).
-Se utiliza en una gran cantidad de productos: papel, antisépticos, alfombras, abono, contrachapado, ciertos medicamentos…
-Hay que establecer que estudios llevados a cabo con el citado formol han dado como conclusión que es cancerígeno. Así, lo ha dictado la Organización Mundial de la Salud (OMS) al descubrirse que en estudios con animales les produjo cáncer por concentraciones continuadas que superaban los 6 ppm en el aire respirado.