El concepto de generalización refiere al acto y el resultado de generalizar. Este verbo (generalizar), a su vez, hace mención a la abstracción de lo común a diversas cosas para el desarrollo de un concepto general; al tratamiento amplio de una cuestión; o a comunicar o difundir algo públicamente.
Puede entenderse a la generalización de distintas maneras. Cuando todas las propiedades de B están presentes en A, pero hay propiedades de A que no se encuentran en B, se dice que A es una generalización de B. Lo mismo ocurre si B constituye una especialización o especificidad de A.
Tomemos el caso de los jazmines y las plantas. Por sus características, todos los jazmines son plantas, aunque no todas las plantas son jazmines. Un jazmín, por lo tanto, es una planta específica. Siguiendo con este razonamiento, es posible afirmar que planta es una generalización de jazmín.
La generalización puede consistir en atribuir ciertos rasgos detectados en varios elementos a la totalidad o la mayoría de los elementos del mismo tipo. Supongamos que un informe de televisión hace hincapié en diferentes delitos cometidos por inmigrantes en un país. Considerando esos hechos, muchos televidentes realizan una generalización y empiezan a afirmar que gran parte de los inmigrantes son delincuentes. Esa generalización, sin embargo, resulta injusta y falaz, ya que las estadísticas indican que el porcentaje de inmigrantes que delinquen es muy bajo, tanto respecto al total de inmigrantes como al total de delitos.
Cuando se algo se generaliza, por último, se vuelve masivo. La generalización de los pagos a través de Internet, por ejemplo, favoreció el desarrollo del comercio a distancia: cada vez más gente adquiere productos en la Web, pagándolos en el instante sin desplazarse ni recurrir a dinero físico, y recibiendo la compra directamente en su domicilio.
En este caso, podríamos decir que el término generalización se usa como sinónimo de masificación. Estos dos conceptos son muy frecuentes en las noticias de los últimos tiempos, ya que el mundo ha atravesado una serie de fenómenos que en cuestión de un par de décadas han derribado las fronteras culturales para permitirnos acceder a productos y contenido de casi todos los países sin la necesidad de viajar. Curiosamente, esto no ha acabado con el racismo ni con el patriotismo.
Aquí podemos establecer una comparación entre este significado y el expuesto unos párrafos atrás. Para comienzos del tercer milenio, los pagos por medio de pasarelas virtuales, como ser PayPal, realmente se volvieron muy comunes; por eso podemos decir que se generalizaron, que en general se efectúan de esta manera. No se trata de una estimación, sino de una afirmación que se apoya en datos estadísticos y que, valga la aclaración, no tiene ningún matiz negativo ni positivo, sino meramente factual: es un hecho.
Cuando se dice que «todas las personas de determinada provincia son tacañas» o que «todos los inmigrantes cometen delitos», basta con el sentido común para entender que se trata de datos irreales, pero es necesario analizar su origen para combatir este tipo de discriminación, tan injusto como cualquier otro. Una generalización, en este caso, no es el hecho de que una cosa se vuelva general, sino una asunción incorrecta e imprecisa que ni siquiera requiere el sustento en datos reales porque puede surgir espontáneamente a causa de los prejuicios personales.
En este marco, muchas veces nos recomiendan que no generalicemos, advirtiéndonos de los errores en los que podemos incurrir al hacerlo. Además del daño que podemos causar a los demás si divulgamos mentiras acerca de ellos, también podemos perjudicarnos al perder oportunidades por creer que no nos convienen, simplemente basados en alguna generalización.