La geografía urbana es la disciplina dedicada al análisis de la organización y el funcionamiento de las ciudades. Su objeto de estudio es el espacio urbano, examinando cuestiones vinculadas a su ubicación, su distribución y su desarrollo territorial.
Esta área del conocimiento observa las diversas etapas de la revolución urbana, denominación que se le otorga al conjunto de los procesos históricos que llevaron a la urbanización y a la expansión de las metrópolis. También investiga cómo se relacionan las ciudades entre sí.
Qué es la geografía urbana
La geografía urbana es una rama de la geografía: la ciencia dedicada al estudio de la superficie de la Tierra. Se enmarca en lo que se conoce como geografía humana, que a su vez es parte de la geografía general.
La geografía general indaga en el vínculo entre las personas y el medio natural. De este modo, se divide en geografía física (centrada en el espacio geográfico natural) y geografía humana (orientada a las comunidades humanas a partir de lo espacial).
Como decíamos, la geografía urbana se integra a la geografía física, que forma parte de la geografía general. De todas maneras, se entrecruza con otros campos geográficos e incluso con otras ciencias, como la antropología y la sociología.
El planeamiento de las ciudades
El planeamiento de las ciudades se basa en aportes de la geografía urbana. Esta planificación apunta a lograr un ordenamiento adecuado para la utilización del suelo y a establecer las condiciones propicias para la transformación espacial.
Un desarrollo urbano planificado permite hacer frente al crecimiento de la densidad poblacional, por ejemplo. Deben preverse el desarrollo de infraestructura, la configuración del espacio público y la ampliación del sistema vial, entre muchas otras cuestiones.
Cuando la arquitectura de una localidad crece, esa multiplicación de edificaciones plantea nuevos desafíos. Quienes residen en las viviendas tienen necesidades de movilidad, por mencionar una problemática a atender, con lo cual deben establecerse redes de transporte que cubran adecuadamente la totalidad del territorio.
El acceso a los servicios públicos por parte de todos los ciudadanos, la gestión de residuos y la seguridad urbana son otros factores que tienen que atenderse a partir del planeamiento.
Una de las herramientas de la planificación urbana es la zonificación. Esta técnica consiste en dividir los espacios de acuerdo a su uso, segregando aquellos que resultan incompatibles y cuidando el patrimonio urbano.
Teniendo en cuenta la zonificación, que puede fijarse por la ley, es posible que se impida la construcción de rascacielos en un centro histórico. Las torres, en cambio, sí pueden levantarse en el distrito financiero. Simultáneamente, la zonificación puede marcar cuál es la cantidad mínima de plazas que debe haber en un área, garantizando así que cada persona tenga una cierta proximidad a algún espacio verde.
La geografía urbana y los sistemas
La geografía urbana recurre al concepto de sistema para reflexionar acerca de las relaciones entre las ciudades. Se entiende que un sistema urbano se compone de diversas urbanizaciones que mantienen entre sí interrelaciones dinámicas.
Muchas veces estos vínculos se dan de manera jerárquica. Los asentamientos contraen distintos grados de dependencia, con lo cual algunos están subordinados a otros.
El crecimiento de un sistema urbano puede derivar en el surgimiento de una megalópolis. Esto ocurre cuando las áreas metropolitanas crecen aceleradamente y terminan entrando en contacto en territorial.
La aparición de una megalópolis requiere del desarrollo de la conurbación. Con el crecimiento espacial y poblacional, los barrios se amplían, al igual que los suburbios y la periferia. Así las ciudades van extendiéndose y entrelazándose hasta formar una unidad.
Gentrificación e identidad
La gentrificación es un fenómeno estudiado por la geografía urbana que se asocia a la transformación de un entorno debido a un cambio en la demanda residencial y comercial.
Por una dinámica del mercado, una decisión gubernamental u otro motivo, un barrio o una zona comienzan a registrar una modificación de sus características, con la apertura de comercios, la llegada de marcas internacionales, más construcciones, etc. Así se modifica la identidad urbana y surge un panorama con ventajas y desventajas.
Un paisaje urbano que se encontraba en malas condiciones o en deterioro, por mencionar un caso, puede renovarse con inversiones y una mayor actividad. Aunque esto beneficia a ciertos sectores, la gentrificación tiende a afectar a los grupos de mayor vulnerabilidad.
Mientras que los habitantes tradicionales se ven forzados a mudarse frente al incremento de costos asociados a la nueva realidad, llegan vecinos o visitantes que gozan de una mejor condición económica. A los pequeños comercios, por su parte, se les hace difícil competir con las grandes tiendas, con lo cual tienen que cerrar sus puertas.
El turismo es un generador frecuente de gentrificación. Debido a que los alquileres turísticos temporales suelen resultar más rentables para los propietarios, se produce un desplazamiento de los inquilinos estables. Así se modifica la fisonomía urbana del destino en cuestión.