Hay términos cuya definición se encuentra implícita en la propia palabra. Ese es el caso de girasol, donde es fácil detectar la presencia del verbo girar (dar vueltas, desplazarse alrededor de un eje o punto) y del sustantivo sol (la estrella luminosa que se ubica en el centro del sistema solar, del cual forma parte la Tierra).
Un girasol es una planta que, como su nombre lo sugiere, realiza un heliotropismo: un movimiento hacia el sol. En este caso, la flor de la planta modifica su posición para orientarse hacia los rayos solares.
También llamado mirasol, el girasol demuestra un fototropismo positivo ya que el tropismo (movimiento para orientarse) de su flor es generado por la luz y se realiza, justamente, hacia la luz. Cuando la orientación es opuesta a la fuente de iluminación, se habla de fototropismo negativo.
Es importante mencionar que el heliotropismo del girasol se manifiesta mientras la planta es joven. Luego de la madurez, la flor deja de girar y adopta una posición estable orientada hacia el este.
Helianthus annuus es el nombre científico del girasol, una especie oriunda del continente americano que presenta un tallo herbáceo capaz de alcanzar una altura de unos dos metros. Las hojas del girasol tienen forma de corazón y son pecioladas, mientras que sus flores tienen un color amarillento.
Además de todo lo indicado, no podemos pasar por alto que varias de estas plantas son las protagonistas de uno de los cuadros más relevantes de la historia. Nos estamos refiriendo a «Los girasoles», que fue pintado en el año 1888 por el artista holandés Vincent Van Gogh. No obstante, hay que decir que esa obra se enmarca dentro de una serie del mismo pintor y que lleva por título el mismo que ella.
De la misma manera, no podemos pasar por alto la existencia de un libro de relatos de 2004 que lleva por título «Los girasoles ciegos» y que fue realizado por el escritor Alberto Méndez. La Guerra Civil Española es el tema de ese trabajo que se compone de cuatro obras: «Los girasoles ciegos», «Si el corazón pensara dejaría de latir», «El idioma de los muertos» y «Manuscrito encontrado en el olvido».
Es importante destacar que el girasol es cultivado a gran escala para aprovechar sus semillas, que son comestibles y se utilizan para la elaboración de aceite.
Como alimento, las semillas de girasol son conocidas popularmente como pipas. Por lo general, las semillas son tostadas y luego saladas. El aceite de girasol, en tanto, se obtiene mediante el prensado de las semillas.
Cada vez más personas apuestan por consumir pipas de girasol. Eso es debido a que se considera que aportan muchos beneficios al organismo tales como controlar el peso, mejorar el estado de la piel, incrementar la salud del cabello e incluso combatir lo que son las infecciones por hongos.
De la misma manera, no podemos pasar por alto tampoco que se considera que ayudan a mejorar el estado de ánimo, que son útiles para luchar contra los problemas de infertilidad en los hombres y que ayudan a poder dormir mejor. Ventajas a las que hay que añadir que sirven para reducir los riesgos de sufrir Parkinson, que fortalecen los huesos y que son útiles para mejorar lo que es la salud cardiovascular.
