Del latín hospitalis, un hospital es el espacio en el que se desarrollan todo tipo de servicios vinculados a la salud. En estos recintos, por lo tanto, se diagnostican enfermedades y se realizan distintos tipos de tratamientos para reestablecer la salud de los pacientes.
Por ejemplo: «Mañana tengo turno en el hospital para realizar el estudio cardiológico», «¡Rápido, llevemos a este hombre al hospital que se ha golpeado muy fuerte la cabeza», «Los heridos fueron trasladados al hospital más cercano», «El candidato a intendente prometió duplicar el presupuesto destinado a los hospitales de la ciudad».
Orígenes de los hospitales
El concepto de hospital tiene su origen en hospes («huésped»), que después derivó en hospitalis. En la antigüedad, el concepto se asociaba al establecimiento donde se cumplían tareas de caridad y se asistía a pobres, ancianos, peregrinos y enfermos. Con el tiempo, la idea de hospital empezó a asociarse sólo al cuidado de aquellos con problemas de salud.
Dentro de un hospital, existen diversas unidades que cumplen con todas las tareas relacionadas a su funcionamiento. Así, mientras los médicos se dedican a la asistencia directa de los pacientes, el personal administrativo se encarga de conceder turnos y de controlar la admisión y el alta de los pacientes. El equipo de gerencia, por su parte, organiza el funcionamiento general del hospital.
El trabajo de investigación
Los hospitales no sólo se dedican al diagnóstico y a la curación, sino que también son centros de labores investigativas y de formación para los futuros médicos. Dado que es allí donde se tiene un conocimiento concreto y actualizado de las necesidades sanitarias de cada región, resulta el lugar más idóneo para realizar un constante estudio de posibles cambios y mejoras en las técnicas medicinales disponibles. Pero esta investigación requiere una colaboración del área administrativa y de gerencia para asegurar una aplicación legal y realista, que mejore la calidad de vida de toda la comunidad.
El aspecto meramente científico de la investigación de enfermedades y sus posibles curas, busca una verdad irrefutable a través de las pruebas y los resultados. Será la ética quien se encargará, más tarde, de juzgar si estos descubrimientos, una vez llevados a la práctica, beneficiarán al pueblo y garantizarán el cumplimiento de sus derechos. Es lamentable que no se juzque con igual rigor el trato a los animales, quienes son sujeto de experimentos que suelen acabar en su muerte.
El abuso en los hospitales y los títulos falsos
Cabe destacar que los hospitales pueden dividirse en generales, materno-infantiles, psiquiátricos o geriátricos, entre otras especialidades. Y es en estos últimos dos casos donde el número de denuncias contra abusos de todo tipo crece año a año. Las violaciones, la negligencia, el maltrato físico y emocional, así como la explotación financiera (sobre todo en el caso de los ancianos) son delitos comunes en estos centros. A pesar de estar penados por las leyes de distintos países, cada vez hay más gente que es sometida a realidades espantosas y sin poder escapar de ellas.
Pero otra forma de abuso que quizás no esté catalogada como tal, es la que se da cuando una persona con un título ilegal ejerce la medicina. Es muy común asociar este fenómeno con la cirugía estética y el aborto, pero alcanza también la odontología, la pediatría y, en fin, la medicina en general. En los últimos años se han reportado numerosos casos en Estados Unidos, Italia, España y Latinoamérica, entre otras regiones. Para dar un ejemplo concreto, una investigación periodística ha descubierto que un centro Andaluz ofrecía títulos falsos por 18.000 euros.
Recientemente, a esta aterradora realidad se ha sumado la noticia de que en muchos hospitales podemos encontrarnos con médicos cuyos títulos no han sido homologados. Si bien, estas personas cuentan con una formación completa, impartida por la correspondiente facultad, su modo de proceder es ilegal y pone en tela de duda su objetivo como profesionales de la salud.