La noción de huso horario se utiliza para nombrar a los diferentes sectores en los que se divide la Tierra por veinticuatro meridianos que se encuentran separados entre sí por una distancia idéntica. En cada una de estas regiones rige un mismo horario.
En la superficie terrestre, por lo tanto, es posible reconocer veinticuatro áreas creadas a partir de meridianos (líneas imaginarias). La definición de cada huso horario vigente se realiza en relación al llamado tiempo universal coordinado o UTC, que es un estándar de tiempo establecido a partir del meridiano de Greenwich.
Los países atravesados por el meridiano de Greenwich y aquellos que se encuentran más cerca de él se rigen por el huso horario UTC 00:00. Como el planeta gira de oeste a este, cuando se pasa de un huso horario a otro hacia el este, se debe sumar una hora. En cambio, cuando se traslada de un huso horario a otro ubicado al oeste, hay que restar una hora. El meridiano de 180°, en tanto, fija el cambio de día.
Por eso si nos encontramos en París, la capital francesa, y viajamos a Cabo Verde, debemos atrasar el reloj una hora. Esto se debe a que Francia se encuentra en el huso horario UTC 00:00, mientras que Cabo Verde está en el huso horario UTC -01:00. Si desde Francia, en cambio, nos dirigimos a Congo, tendremos que adelantar una hora (al pasar al huso horario UTC +01:00). Es importante tener en cuenta que los husos pueden modificarse según la época del año.
En otros casos la diferencia entre los husos horarios es mucho mayor. Cuando en Argentina son las 14 horas, por ejemplo, en Nueva Zelanda son las 5 horas del día siguiente. La explicación radica en que el huso horario de Argentina es UTC -03:00 y el de Nueva Zelanda, UTC +12:00. Hay, pues, 15 horas de diferencia entre un territorio y el otro.
Comprender la conversión de uno huso horario a otro no es muy complicado, pero para la mayoría de la gente esta fórmula no tiene ninguna utilidad, ya que los horarios de los eventos dentro de una misma región siempre se corresponden con el huso horario local, el que todos los ciudadanos usan para ajustar sus relojes. Como si esto fuera poco, en la actualidad todos los dispositivos son capaces de cambiar la hora en primavera y otoño para cumplir con las condiciones del denominado horario de verano, de manera que ya casi nadie tiene que preocuparse por hacerlo manualmente.
Con respecto al horario de verano, que también se conoce por el nombre de tiempo de ahorro de luz, se trata de una estrategia usada a nivel internacional para ahorrar luz eléctrica. Consiste en adelantar una hora cuando comienza la primavera y atrasar una en otoño, de manera que los ciudadanos puedan aprovechar más la luz solar y necesiten consumir menos electricidad sin que esto afecte sus obligaciones cotidianas.
Dado que el horario de verano es una convención que no respetan todos los países del mundo, sino unos pocos, las comunicaciones internacionales se ven afectadas con cada ajuste. Por ejemplo: hasta el día anterior del cambio en que se adelanta una hora, entre dos países dados puede haber cinco horas de diferencia, mientras que al día siguiente el número asciende a cuatro. Si alguna de las partes no recuerda este detalle puede llegar tarde a una reunión o incluso perder una entrevista importante.
Como se menciona anteriormente, la gente que no se relaciona con personas de otros países o que no mira emisiones en vivo que provengan del extranjero no suele prestar atención a los husos horarios, mientras que para el resto puede ser uno de los aspectos fundamentales de su organización.
