Mantener el anonimato en línea ayuda a preservar la identidad digital.
Identidad digital es un concepto que refiere al conjunto de datos personales de un individuo que se encuentran disponibles en Internet y que constituyen una especie de descripción o representación virtual del sujeto. Esta información permite identificar a la persona en cuestión y puede ser usada con distintos fines.
Antes de avanzar, es importante mencionar que la idea de identidad refiere a las características que son propias de un ser humano en particular, diferenciándolo del resto. El término digital, en tanto, se vincula a lo que produce, expone, traslada o guarda información apelando a una combinación de bits.
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ResumenCaracterísticas de la identidad digital
Puede decirse que la identidad digital es aquello que representa a un individuo en el universo virtual. Esta imagen se construye a partir de múltiples elementos.
El perfil en línea y los contenidos que se publican en redes sociales son los elementos más evidentes de la identidad digital. Pero también deben considerarse el resto de los datos personales que se vuelcan en la Web, los comentarios en línea y hasta las compras vía comercio electrónico ya que todo contribuye a la huella digital de cada uno.
La identidad digital está asociada también a la llamada e-reputación: la opinión que otros internautas desarrollan sobre alguien. Esta construcción es colectiva, subjetiva y tiene distintos efectos que siempre deben considerarse a la hora de dar a conocer datos personales en comunidades en línea y en sitios web.
Puede decirse que la identidad digital es el correlato virtual de la identidad tradicional (es decir, de la «vida real» en sentido físico). La personalidad, los intereses, las opiniones y el resto de los factores que definen a cada uno se plasman también en la Web.
Debe tenerse en claro que muchos datos que componen la identidad digital se aportan de manera consciente, pero otros son transmitidos inconscientemente. Por lo general, cuando alguien completa su perfil público en Facebook o comparte una fotografía familiar en Instagram, entiende que esa información estará a disposición de millones de personas. Sin embargo, pocos internautas tienen en cuenta que, al completar registros en bases de datos (creando usuarios y contraseñas), hacer una consulta por telemedicina o utilizar sistemas de pago en línea, también se erige la identidad digital y se suministra información sensible a distintas empresas.
La identidad digital de una persona puede ser aprovechada por un delincuentes para un fraude en línea.
Su importancia
La identidad digital tiene una gran relevancia por múltiples cuestiones. Por un lado, ya hicimos referencia a la e-reputación, un prestigio que se forja a nivel social y que puede afectar negativamente a nivel personal y laboral.
El ciberacoso y el ciberbullying pueden estar vinculados a la identidad digital que muestra alguien. Por ejemplo: quien ejerce el ciberactivismo puede ser molestado y perseguido por sus opiniones. Para los influencers, por señalar otro caso, la reputación online es clave.
La información que forma parte de la identidad digital, por otro lado, puede ser robada, vulnerada o usada de forma mal intencionada a través del pishing y el malware (como el ransomware).
El derecho al olvido es una de las herramientas que existen para cuidar la identidad digital. La protección de datos y la privacidad en línea también pueden mejorarse a través de diversos recursos de seguridad cibernética.
Algunos de los consejos que brindan los especialistas para proteger la identidad digital son los siguientes:
- Utilizar contraseñas únicas y seguras para cada cuenta. Lo ideal es combinar letras mayúsculas y minúsculas, números y caracteres especiales y no emplear fechas de cumpleaños ni sucesiones simples (como 12345 o abcde).
- No brindar información personal de manera innecesaria.
- Solo entregar datos personales a plataformas confiables que cuenten con mecanismos de seguridad.
- Mantener actualizados los programas informáticos y los dispositivos que se usan.
El control parental es importante para cuidar la identidad digital de los menores de edad.
Ejemplos de identidad digital
Tomemos el caso de un periodista, quien construye su imagen pública a través de la identidad digital que muestra en X (antes Twitter), Facebook e Instagram. El trabajo de este hombre en distintos medios de comunicación social depende de su credibilidad. Si los internautas advierten que difunde noticias falsas con técnicas de deepfakes en redes sociales o que apela al clickbait (con títulos o encabezados engañosos o sensacionalistas para lograr que los lectores hagan clicks en un enlace), su reputación online quedará manchada, al igual que su profesionalismo. Por eso tiene que preservar su identidad digital ya que está relacionada con su trayectoria profesional.
Pensemos ahora en una joven que disfruta haciendo streaming en vivo en diversas redes. Aunque eso lo hace para entretenerse y forma parte de su vida personal, los registros que quedan a disposición de cualquier persona que navega por la Web hacen a su identidad digital. Si en dichos contenidos realiza comentarios ofensivos o adopta comportamientos que pueden ser polémicos o cuestionables, es probable que tenga dificultades para conseguir empleo. Hoy las empresas suelen analizar la identidad digital antes de sumar a un empleado: si se encuentran con material que no está en sintonía con las políticas de la compañía, es probable que desistan de la contratación.
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