La noción de imparcialidad puede entenderse como un criterio de justicia que se basa en decisiones tomadas con objetividad. Esto quiere decir que la persona a cargo de juzgar o dirimir una cuestión debe mantener la imparcialidad y no dejarse influir por prejuicios o intereses que lo lleven a tratar de beneficiar a una de las partes.
Por ejemplo: «La imparcialidad del juez ha sido cuestionada por los acusados», «Me dieron la responsabilidad de elegir al mejor jugador del torneo ya que creen que mi decisión estará basada en la imparcialidad», «En una situación así, no hay imparcialidad que valga: es imprescindible estar de un lado o del otro».
Concepto de imparcialidad
Para entender el concepto de imparcialidad, podemos tomar cualquier disputa y dividirla en tres bloques o cuestiones. Por un lado, tendremos los intereses y las razones de una de las partes. Por otro, los intereses y las razones de la otra parte. En el medio, se ubica la imparcialidad: en base a criterios objetivos y, en lo posible, a datos fácticos, se entiende que la imparcialidad es el camino a una decisión justa.
Supongamos que dos niños se encuentran jugando en el laboratorio de química de su colegio y de pronto uno de los dos tira un tubo de ensayo por accidente. El ruido alerta a uno de los profesores, quien se dirige a la escena inmediatamente y pregunta a los dos alumnos quién ha sido; ante la ausencia de respuesta, se ve obligado a cuestionar a un tercero que cree fue testigo del incidente. Este último, a pesar de no haber visto nada, acusa decididamente a uno de los dos, ya que tiene una profunda amistad con el otro, tomando una decisión injusta y de naturaleza opuesta a la imparcialidad.
Importancia en el periodismo
La imparcialidad es sinónimo de justicia, de equilibrio y de ausencia de prejuicios. Para un periodista no resulta fácil brindar una cobertura objetiva de las noticias, sin dejarse influir en absoluto por sus propias creencias y convicciones, ya que debe analizar cada suceso desde un punto de vista ajeno. Es parte de su tarea reflejar de manera precisa cada opinión acerca de un mismo tema, para que el público tenga herramientas para apreciar la versión más cercana a la verdad.
Ante una noticia controvertida, el trabajo de un periodista se vuelve aún más difícil que de costumbre: manifestaciones en contra de la legalidad del aborto, casos de abuso infantil, problemas relacionados con la inmigración, historias de racismo y agresiones por causas de discriminación son algunos de los ejemplos frente a los cuales la opinión personal debe quedar especialmente fuera de un informe periodístico.
Algunos de los puntos que un periodista debe tener en cuenta a la hora de tratar un tema de este tipo son los siguientes:
* mostrar un amplio rango de opiniones al respecto;
* estudiar puntos de vista opuestos, y asegurarse de que todos reciban un espacio similar al resto, para evitar favoritismos;
* evitar que alguna de las corrientes de pensamiento halladas queden fuera del reportaje.
La imparcialidad a la hora de informar
Si bien a simple vista la labor periodística es aceptada como una fuente de información, que no todo el mundo acepta como incuestionable, somos más vulnerables a la prensa de lo que pensamos: lo que en un primer momento es tan sólo un dato oído al pasar en un programa de televisión puede convertirse rápidamente en una idea propia. Nadie nace con valores y opiniones, sino que aprende a emitir juicios a través de la experiencia y de lo que hacen los mayores.
La imparcialidad de un periodista es importante no sólo para transmitir correctamente las noticias, sino para no colaborar con la intoxicación de la mente de los más pequeños con ideas cerradas e injustas, para enseñar a la sociedad a pensar por sí misma, a complementar la labor de investigación con un cierto grado de razonamiento y valoración, en lugar de simplemente consumir la información indiscriminadamente.