Se necesita inclusión social para demostrar respeto, equidad y justicia social aceptando la diversidad y generando igualdad de oportunidades sin distinciones ni excepciones.
La inclusión social es esencial para lograr que todas las personas, sin distinciones de ninguna índole, podamos tener garantizados los mismos derechos y contar con la misma variedad de chances y espacios para desenvolvernos dentro de una sociedad.
Se logra llevarla a la práctica mediante políticas públicas que propicien la integración de cada individuo que, por diferentes razones, se halla en estado de vulnerabilidad social. Para ello, tanto las autoridades como la ciudadanía deben trabajar en conjunto con el foco puesto en brindar educación para todos, desalentar las conductas discriminatorias, combatir la pobreza y enarbolar la bandera de la justicia social. ¿A qué se refiere este último concepto? A buscar el bienestar social en base a la igualdad de oportunidades, la solidaridad, al respeto por los derechos humanos y a la equidad en pos de la realización personal de cada miembro de una comunidad.
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ResumenAlcances de la inclusión social
La inclusión social, para ser completa y verdadera, tiene que estar presente en todas las dimensiones de la vida cotidiana. Sus alcances deben contemplar desde las esferas de la salud y la educación hasta los espacios de ocio y de trabajo.
Las medidas de accesibilidad tienen que adoptarse en los hogares, la vía pública, los establecimientos destinados a acciones de esparcimiento y recreación, las instituciones académicas, los organismos públicos, los centros de salud y los lugares laborales a fin de estimular la autonomía y la integración de cada ser humano.
En cada interacción social, asimismo, tendría que haber muestras de respeto y tolerancia en vistas a una sociedad armoniosa, equilibrada y justa que no deje afuera a nadie. Claro que en el día a día la realidad marca que, a escala internacional, todavía queda muchísimo por enseñar, aprender y lograr en materia de empatía, igualdad, cooperación e inserción social. Si se anhela un mundo mejor, la humanidad en su conjunto debe comprometerse con la erradicación de la violencia y de todo acto que, aduciendo razones culturales, raciales, religiosas, sociales, etc, implique la marginación, exclusión o segregación de alguien.
Una auténtica inclusión social implica, entre otras cuestiones, que todo sujeto acceda a una asistencia médica de calidad cada vez que lo requiera, que no se discrimine a nadie por sus elecciones, preferencias, condiciones o estilo de vida y que las minorías étnicas, los ancianos, aquellos que presentan algún tipo de discapacidad y los integrantes de la comunidad LGBTQ+, por ejemplo, puedan desarrollarse plenamente (a nivel personal, económico, etc) dentro de una sociedad.
El equilibrio colectivo, el bienestar social y el desarrollo comunitario llegan cuando existe empatía, solidaridad, cooperación, respeto y tolerancia entre los miembros de una población fortalecida con políticas públicas e iniciativas a favor de la integración y la igualdad de género, por ejemplo.
Desafíos vinculados a la inserción social
Trabajar a favor de la inclusión social requiere hacerle frente a múltiples desafíos y abordar problemáticas que no se solucionan ni rápida ni sencillamente.
Es vital, en principio, inculcarles valores y buenos hábitos a las nuevas generaciones para que, al crecer, sean personas de bien capaces de aceptar al prójimo sin prejuicios. Resulta esencial para el óptimo desarrollo de la comunidad, incluso, darle batalla al analfabetismo, implementar el modelo de la educación inclusiva y cubrir sin excepción las necesidades básicas que cualquier ser humano requiere para gozar de una vida digna: alimentación, vivienda, higiene, salud, formación y empleo.
Aunque sea complejo, en cada país hay que ir acortando el margen de desigualdad. Para ello es necesario ocuparse de achicar la brecha digital invirtiendo en infraestructura, capacitación e innovación con la intención de incrementar la accesibilidad a Internet, permitir una mayor conectividad móvil y favorecer la alfabetización digital.
Simultáneamente es importante ir erradicando aquello que se entiende por privilegio de clase (es decir, las ventajas y los beneficios reservados para ciertos sectores de la sociedad) y, en definitiva, quitar cada factor que atente contra la equidad, el empoderamiento, la tolerancia, la paz y la justicia (xenofobia, racismo, bullying, antisemitismo, desigualdad de ingresos y de oportunidades, etc).
La diversidad puede ser cultural, religiosa, lingüística o sexual, pero siempre merece ser abordada desde el respeto, la empatía, la inclusión y la tolerancia.
Ejemplos prácticos de inclusión social
A través de comunicados corporativos, novedades difundidas por asociaciones civiles u organizaciones sin fines de lucro (ONGs), artículos de prensa y notificaciones estatales es posible conocer ejemplos prácticos de inclusión social en distintos países.
En territorio argentino, desde hace más de cinco temporadas, la petrolera YPF y la Fundación Espartanos trabajan en conjunto para favorecer la inclusión social dándole un puesto de empleo en estaciones de servicio a expresidiarios.
En suelo colombiano, en tanto, Millonarios Fútbol Club ha sabido ganar visibilidad más allá de asuntos deportivos porque la entidad obtuvo una certificación por su Responsabilidad Social. Al respecto se remarcó el compromiso y la labor de autoridades y referentes de la institución en relación al desarrollo sostenible y a la inclusión social a través de acciones de concientización acerca de los beneficios de la sostenibilidad y fomentando la práctica de actividades deportivas en barrios vulnerables.
En España, por agregar otro caso, la cadena ILUNION Hotels ha demostrado su liderazgo en inclusión e integración social al garantizarle una fuente laboral a gente con discapacidad e implementar medidas de accesibilidad a disposición tanto del personal como de los huéspedes.
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