La inspección de trabajo es una práctica habitual y necesaria que se lleva adelante desde un área estatal (puede ser un ministerio, una secretaría, una subsecretaría…) focalizada en políticas públicas de empleo y fiscalización de las condiciones laborales.
La función de inspectores o inspectoras que se hacen presentes en diferentes lugares de trabajo (oficinas, comercios, laboratorios, etc) es, con el respaldo de la ley, chequear que las condiciones de trabajo estén en sintonía con la legislación laboral vigente. La idea es supervisar, en el marco de esos procedimientos, si los empleadores están cumpliendo cada normativa de empleo y garantizar que se apliquen disposiciones de seguridad y salud en el trabajo.
Cabe resaltar que las inspecciones de trabajo suelen realizarse en cualquier momento del año de manera rutinaria jugando con el “factor sorpresa” (es decir, no se le anticipa a la empresa la visita de los inspectores) o ser consecuencia de una denuncia puntual por irregularidades.
Importancia de la inspección de trabajo
La inspección de trabajo es importante y esencial para minimizar riesgos laborales (al detectar o identificar potenciales peligros o aspectos inseguros), anomalías en el espacio de empleo (o en las características de contratación) y situaciones que atenten contra los derechos del trabajador.
Es un instrumento imprescindible para fiscalizar que no sean vulnerados los puntos abarcados por el derecho laboral y que tanto los empleadores como el personal a su cargo estén en regla.
A partir de una inspección laboral es posible distinguir cuestiones a mejorar en pos del bienestar general y forzar el orden a nivel administrativo para que todo se desarrolle conforme a las normativas vigentes.
Cuando se vigila con eficiencia y se controla que la organización del trabajo, la relación laboral y el cumplimiento de leyes y disposiciones asociadas a la protección del trabajador (que haya, y se cumpla por ejemplo, un contrato laboral) sean las adecuadas suele haber cambios positivos en materia de productividad, transparencia y vínculos armónicos en el ambiente laboral.
Características del procedimiento
El organismo estatal competente en cada jurisdicción es el encargado de implementar operativos de fiscalización laboral orientados a examinar, dentro de un entorno de trabajo, las características de la jornada laboral y de las condiciones contractuales, si hay equipos de protección personal a disposición de los empleados, cómo es la calidad del empleo, etc.
Las inspecciones, a cargo de personal capacitado para tal fin y correctamente identificado, se planifican y se respaldan con informes y documentación. Pueden ser programadas, no programadas, de oficio, motivadas por una denuncia directa o tener una finalidad de seguimiento.
Al visitar un establecimiento en el cual se desarrolla una actividad laboral (puede ser un comercio, la oficina de una empresa, las instalaciones de una fábrica, etc), el inspector solicita ciertos datos (para identificar a empleadores, personal y sitio de trabajo por medio de la razón social, listado de individuos contratados, constancias de inscripción, declaraciones juradas y otras gestiones) y procede a efectuar entrevistas individuales. En general, los empleados temen dar información en esas circunstancias por miedo a perder su fuente de subsistencia económica, pero la colaboración del personal en el relevamiento del staff y la recolección de testimonios es primordial para que el sistema funcione. Una vez concluida su tarea presencial, el/la inspector/a hace una devolución a sus superiores o autoridad competente dejando asentado si hay, o no, anomalías.
En caso de detectarse fallas o irregularidades, los empleadores van a tener una instancia para normalizar la situación y solucionar el asunto (de lo contrario tendrán que asumir las consecuencias que correspondan). De tener todo en regla y cumplir todos los requisitos, no hay nada que temer frente a la posibilidad de afrontar una inspección de trabajo.
Hay que tener en cuenta que no es necesario avisar ni exhibir una orden judicial para avanzar con este procedimiento. En caso de ver impedida u obstaculizada su labor, los inspectores están habilitados para labrar un acta de obstrucción. Si el panorama es seriamente riesgoso o hay peligros inminentes a juicio de los inspectores, entonces se avanza con la clausura del recinto en cuestión o el cese inmediato de actividades hasta que se regularice todo aquello que haga falta.
Infracciones detectadas gracias a inspecciones de trabajo
Gracias a las inspecciones de trabajo es posible detectar una amplia variedad de infracciones e irregularidades. Las faltas siempre se sancionan, pero las multas y consecuencias dependen del nivel de gravedad.
La detección de empleo no registrado (trabajo en negro), de condiciones insalubres en el desarrollo de una actividad laboral, de trabajo forzado, de alguna violación de derechos laborales o de trabajo infantil, por enumerar realidades extendidas por el mundo, son motivo de castigo. Si surgen sospechas de explotación laboral en el marco de una inspección se sigue de cerca el caso para recolectar pruebas o, en su defecto, desestimar la duda si se termina confirmando que no existió tal delito.
También suelen advertirse fallas e incumplimientos en cuanto a condiciones de higiene, carga de trabajo, licencias laborales, remuneración y seguridad.