Interés es un término que proviene del latín interesse (“importar”) y tiene tres grandes aceptaciones. Por un lado, hace referencia a la afinidad o tendencia de una persona hacia otro sujeto, cosa o situación.
Por ejemplo: “Mi principal interés es la música”, “Estela tiene como único interés la literatura romántica”, «El niño no muestra ningún interés en clase».
La idea de interés, en este caso, alude a una atracción o una motivación. Puede tratarse de una simple curiosidad o de una verdadera pasión.
El interés como conveniencia
Se denomina interés, por otra parte, a la utilidad o conveniencia que se busca a nivel moral o material.
En este contexto, su acepción es peyorativa, ya que nombra a la actitud de una persona que busca aprovecharse de otra: “Néstor está contigo sólo por interés”, “Ese es un regalo realizado por interés”, «Creo que me llama sólo por interés para que le consiga entradas para la fiesta». A esta clase de personas se las nombra como interesadas.
El concepto en la economía
Los ejes en torno a los cuales gira la economía son tres: el gobierno, el sistema financiero y el sector externo. En ellos se ubican los diversos agentes que influyen para el desarrollo económico: los ciudadanos ofrecen mano de obra a las empresas, las cuales aportan bienes y servicios para el consumo de éstos; el gobierno, por su parte, se encarga de mediar entre los diversos escalones de la economía a través de medidas que influyan favorablemente al progreso (de una forma ideal, su responsabilidad reside en asegurar una distribución justa de las riquezas, aunque en la práctica esto suele no verse).
El gobierno controla la economía tomando partido en cuestiones que hacen a los gastos de consumo, de inversión y de gestión, obligando a los ciudadanos a realizar aportes (impuestos) con los cuáles se aseguraría el equilibrio económico. En lo que respecta a las inversiones, el gobierno puede subir las tasas de interés que los inversores deban pagar, de modo que el número de inversores disminuiría.
La noción de interés, pues, es utilizada en la economía y las finanzas para mencionar la ganancia, el beneficio, el valor, la utilidad o el lucro de algo.
El interés como índice de rentabilidad o costo
El interés, por otra parte, es el índice que se emplea para indicar la rentabilidad de un ahorro o inversión o el costo de un crédito: “El último plazo fijo me otorgó un interés del 10,1% anual”, “El crédito se otorga a sola firma con un interés del 25% y cuotas fijas”, «Este mes me acreditaron veinte pesos por los intereses».
Esta noción de interés indica qué cantidad de dinero se obtiene (o hay que pagar) en un cierto periodo temporal. Un crédito de 1.000 pesos con un interés anual del 10% implica que, al cabo de doce meses, la persona deberá devolver 1.100 pesos.
En el mismo sentido, el interés permite calcular la ganancia que concede un depósito bancario. Un plazo fijo de 2.500 dólares a un año, con un interés anual del 15%, supondrá un beneficio de 375 dólares.
Las tasas
Por su parte, las tasas de interés representan el valor que tiene el dinero en el mercado financiero. Esto significa que cuanto más dinero hay, la tasa baja y cuando éste escasea, sube.
Cuando sube, los demandantes solicitan menos préstamos a los intermediarios financieros y los oferentes buscan crear nuevos recursos para aumentar sus ahorros. Por el contrario, cuando la tasa baja, se solicitan más créditos y los oferentes retiran sus fondos de ahorro.
Tipos de interés
Cabe mencionar también que existen distintos tipos de tasas de interés.
Puede hablarse de tasa pasiva o de captación (que es la que pagan los intermediarios financieros a los que confían en ellos sus recursos monetarios) y de tasa activa o de colocación (la que reciben los bancos o intermediarios por los préstamos que otorgan), por ejemplo.
La tasa de interés simple, en tanto, se aplica sobre el capital que se invierte en un primer momento, sin agregar los fondos que va produciendo el propio dinero. La tasa de interés compuesta, en cambio, incorpora los fondos que se van obteniendo al capital general y considera esa suma en la generación de los nuevos intereses.
Se habla de un interés fijo, por otro lado, cuando la tasa se mantiene sin modificaciones a lo largo de todo el plazo contemplado en un préstamo. El interés variable, por el contrario, puede cambiar durante la duración de la operación. En este caso, la tasa de interés se calcula tomando como base otra diferente (como un índice de referencia o la inflación).
En lo referente a los préstamos, también se distingue entre el tipo de interés nominal (un porcentaje fijo que se acuerda a modo de pago por el dinero que se presta, que la institución financiera cobra en cada uno de los recibos) y la tasa anual equivalente (un interés de referencia que alude al costo efectivo del préstamo a lo largo de un año).