El término jalea proviene de gelée, un vocablo de la lengua francesa. El concepto alude a una conserva que se realiza con el jugo (zumo) o la pulpa de una fruta y que se caracteriza por resultar transparente.
Por lo general la jalea se elabora con fruta, agua y una gran cantidad de azúcar. Muchas veces se le añade gelatina para otorgarle mayor consistencia.
Más allá de estas definiciones, es importante mencionar que se le da el nombre de jalea a diversos productos alimenticios. En ocasiones se confunde la jalea con la mermelada, ya que son dos preparaciones similares: sin embargo, mientras que la jalea suele hacerse con jugo, la mermelada utiliza como ingrediente principal la fruta hecha puré.
La jalea de membrillo, la jalea de manzana, la jalea de limón y la jalea de naranja son algunas de las jaleas más populares. Con ellas, además, pueden elaborarse galletas y diversos postres.
La jalea real, por otra parte, es una sustancia que segregan las abejas obreras más jóvenes. Producida por las glándulas hipofaríngeas, la jalea real se mezcla con secreciones estomacales para convertirse en el alimento de las larvas en los primeros días de vida. La abeja reina, en tanto, se alimenta con jalea real durante toda su existencia.
Si bien la jalea no acarrea un procedimiento especialmente complejo, por lo general son necesarios unos cuantos intentos hasta encontrar el punto justo. A continuación veremos los pasos principales de la receta para conseguir los mejores resultados. Todo comienza con la elección de la fruta, que debe estar madura y en buenas condiciones, aunque es cierto que la cocción mejora ciertas frutas que en crudo no habrían resultado agradables, como aquellas que se han pasado un poco.
El primer paso es cortar la fruta y hervirla, aunque también es posible usar su jugo directamente, en el caso de la naranja o el limón, por ejemplo. Para las demás, debemos atravesar un proceso más extenso. Un consejo que pocos toman en cuenta es combinar dos o más frutas: ya sea que estemos hablando de manzana, ciruela, albaricoque o uva, entre otras, una jalea mixta puede ser realmente deliciosa y mucho más nutritiva.
Entonces, tomamos la fruta, la lavamos y la cortamos en pequeños trozos, que no superen los tres centímetros de diámetro. Para ello podemos usar una tabla de picar y un cuchillo (las frutas más pequeñas no debemos trocearlas). Esta primera parte es determinante ya que las bacterias pueden arruinar una jalea. Una vez lavada, debemos secarla bien con un paño o una toalla de papel.
Con respecto a las semillas, la parte más dura que las rodea o la cáscara no debemos desecharlas en esta primera fase, ya que le pueden aportar mucho sabor durante la cocción. Antes de cocerla, se recomienda pisarla con un mortero, para ablandarla y conseguir que despida más jugo. Se debe llevar a fuego medio y dejarla un máximo de media hora.
El siguiente paso es colar la fruta para verter su jugo en un recipiente, para luego hervirlo durante un minuto, agregando pectina y azúcar. Es importante batirlo constantemente y no permitir que supere los 104 grados. Antes de colocar el producto final en un frasco precalentado para su posterior almacenamiento, se aconseja retirar la espuma que se forma en la superficie.
En Perú, se denomina jalea a un plato tradicional de la zona norte cuyos orígenes se encuentran en la cultura mochica. Su receta incluye pescado, ají, cebolla, choclo y jugo de limón, entre otros ingredientes.
En la serie animada Los Simpson, por último, la Venus de Milo de jalea es una golosina que, en un capítulo de la sexta temporada, origina una confusión que lleva a una joven a acusar a Homero (Homer) de acoso sexual.