El labio leporino es un defecto de características congénitas que se desarrolla en los primeros tres meses de embarazo, cuando uno de los lados del labio superior crece de manera descompensada. De esta forma, se produce una fisura o división en el labio superior, que adquiere una apariencia similar al labio de una liebre (de allí su nombre, ya que leporino procede del vocablo latino leporinus).
También conocido como fisura labial, el labio leporino está entre los defectos congénitos más habituales, representando casi el 15% de este tipo de malformaciones. Los expertos creen que diversos factores externos (del ambiente) incitan una reacción de los genes, algo que altera el desarrollo normal del labio y del paladar. La carencia de vitaminas y ciertos fármacos también pueden incidir en la aparición del labio leporino.
Cirugía de labio leporino
La cirugía para tratar este problema está considerada como uno de los mayores desafíos de la cirugía plástica. El cirujano debe escoger la técnica que considera más adecuada, de acuerdo a su experiencia. Por lo general, se evitan aquellas operaciones que suponen incorporar tejidos a la línea media debido a la cicatriz que dejan y a las características indeseadas que adquieren los labios con el paso del tiempo.
Cabe destacar que, muchas veces un paciente puede necesitar varias cirugías a lo largo de su vida. Por eso, en el caso de los niños, es importante que el médico explique en detalle cuáles son las características de la patología, cuántas operaciones serían necesarias para completar su tratamiento y que aconseje a la familia acerca de el tipo de alimentación más adecuado.
Diferencias con la microforma labial
El labio leporino se confunde a menudo con lo denominado microforma labial, dado que su aspecto es similar al que presentan las personas que han sido operadas para tratar la malformación antes citada. Sin embargo, este tipo de fisura labial es tan poco común, que tan sólo lo presenta el 1% del total de pacientes con algún caso de hendidura labial. Sus características principales son una alteración en el límite del arco de Cupido (el borde del labio superior que presenta ondulaciones similares a las de un arco), surcos y malformación de la parte inferior de la nariz.
Esta cicatriz congénita puede ser unilateral o bilateral, siendo el primer caso más común. Además, puede o no ser simétrica, aunque es más habitual la asimetría. Siendo que se trata de una fisura leve y que no compromete el paladar, a diferencia del labio leporino, en la mayoría de los casos los pacientes esperan muchos años antes de realizar una consulta médica al respecto y algunos jamás lo hacen.
Labio leporino y otras malformaciones en los famosos
El caso del labio leporino es, junto con las cicatrices faciales, uno de los «defectos» que primero saltan a la vista en los artistas de fama internacional. Si bien las fotografías suelen ser retocadas, con el propósito de ocultar cualquier imperfección y de regalar a las estrellas un poco de esa juventud que ya no regresará, la creciente resolución de las cámaras es el peor enemigo de esos pequeños detalles que quieren esconder. Pero es quizás el mejor aliado de quien mira esos retratos desde su asiento de espectador, porque le recuerda que la perfección no existe y que, de existir, no estaría relacionada con el éxito.
Muchas estrellas que son consideradas modelos de belleza, tanto femenina como masculina, presentan malformaciones y no parecen preocuparse de que éstas sean detectadas por sus admiradores. Es el caso de Viggo Mortensen, por ejemplo, que tiene una cicatriz en el labio superior, producto de una intervención para corregir una fisura leporina. También Halle Berry, quien fue declarada la mujer más sexy del mundo en 2008, se muestra muy tranquila en sandalias, a pesar de tener un sexto dedo en uno de sus pies (fenómeno conocido como polidactilismo).