Liderazgo situacional es el nombre de una clase de liderazgo que surgió en torno a los años setenta.
Se trata de un modelo diseñado por Ken Blanchard y Paul Hersey que propone analizar un cierto escenario poniendo en consideración la madurez del equipo a fin de propiciar estilos de liderazgo que estén a tono con dicha situación y el grado de criterio grupal. Al respecto es necesario resaltar que ellos, junto a Dewey E. Johnson, lanzaron un libro conocido en español como “Administración del comportamiento organizacional. Liderazgo situacional”.
En ese material que fue alimentando la denominada teoría del liderazgo situacional se indica que los buenos y más eficientes líderes tienen que tener, entre otras cualidades, poder de adaptabilidad, empatía y capacidad tanto para la escucha activa como para la comunicación efectiva.
Características del liderazgo situacional
Desde la perspectiva de Blanchard y Hersey, el enfoque de liderazgo situacional requiere, en primer término, identificar y reconocer los distintos tipos de liderazgo existentes. En este marco, además, hay que saber distinguir qué nivel de madurez se evidencia en cada equipo o grupo de trabajo. Tampoco hay que pasar por alto que hay tres pares de etapas o fases ideadas por los citados autores para la implementación de la teoría del liderazgo situacional.
Antes de hacer foco en el desarrollo del liderazgo situacional conviene tener en claro que siempre se recomienda un perfil dinámico y flexible para quien ejerza un liderazgo.
Se diferencian, en el seno del liderazgo situacional, cuatro modalidades. Una de ellas está denominada como liderazgo directivo y es aplicable a casos en los cuales no hay un conjunto de trabajadores con autonomía, experiencia o madurez suficiente como para asumir con independencia una cierta tarea. Por eso se requiere allí alguien preparado para adoptar la responsabilidad de guiar y supervisar al resto con compromiso y pericia.
Cuando los empleados gozan de un poco más de libertad laboral dadas sus condiciones suele haber un liderazgo supervisor, mientras que en una escala superior entra en juego la figura del liderazgo asesor. Este estilo exige conservar alta la motivación grupal dado que goza de una considerable autonomía y suele haber tanto responsabilidades como toma de decisiones de modo conjunto.
En el último escalón o nivel se sitúa el liderazgo delegador, donde más que brindar apoyo a los subordinados se observa una delegación casi absoluta de labores a raíz de la confianza que quien está al frente del sector les tiene a los integrantes de su equipo.
A la hora de determinar qué clase de liderazgo aplicar, han indicado los impulsores de la teoría del liderazgo situacional, es esencial atravesar un proceso de diagnóstico, preparación y comparación, valoración o evaluación, análisis de motivación, observación del grado de madurez y selección del estilo de líder más adecuado.
Importancia y ventajas
El liderazgo situacional, sostienen aquellos que conocen las particularidades de esta modalidad, es importante y necesario para las empresas. Esta herramienta permite que cada compañía, en función de su situación corporativa, las características de su plantel de empleados y las necesidades del equipo, tenga la clase de líder más adecuada.
Esta alternativa que persigue la eficiencia y la productividad laboral en base a la adaptación y el grado de madurez de cada grupo ofrece numerosas ventajas.
De la mano del liderazgo situacional es posible, entre otros logros, incrementar el bienestar laboral a partir de la generación de un entorno laboral positivo basado en la motivación, la confianza, la armonía y el diálogo. En los equipos, asimismo, suele haber una comunicación más fluida y directa, una mayor innovación y un gran despliegue de creatividad.
A medida que se acrecienta la madurez grupal, incluso, se consigue un mejor trabajo en equipo, producto de una mayor independencia y poder resolutivo de sus integrantes. Y en ese escenario próspero y positivo, por lo general surgen situaciones de retención de talento y de incorporación de personal idóneo.
Ejemplos de liderazgo situacional
Un trabajador joven que tiene su primera oportunidad laboral, por describir un caso frecuente a modo de referencia, necesita idealmente contar en su empleo con un referente que ejerza un liderazgo situacional directivo. En ese marco, el líder situacional debe guiar y favorecer la adaptación del flamante empleado con sugerencias, un feedback constructivo y supervisión por un tiempo considerable hasta que el colaborador vaya ganando confianza e independencia.
El personal que acumula mucha experiencia en su puesto y se muestra responsable y comprometido con su trabajo, en cambio, puede desenvolverse óptimamente teniendo al frente del grupo a un líder delegador. Así, mientras los integrantes del equipo organizan y ejecutan actividades con gran autonomía, el líder desempeña su función de modo relajado, otorgándole a sus subordinados una libertad y una confianza prácticamente absolutas.