La materia gris se compone de los somas de las neuronas, células gliales y axones sin mielina.
La materia gris es el tejido del cerebro formado principalmente por neuronas. Se trata de una zona que se constituye con los cuerpos de estas células nerviosas, células gliales y axones que no poseen mielina, a diferencia de lo ocurre con la llamada materia blanca que se desarrolla con fibras nerviosas.
Puede decirse, por lo tanto, que en el cerebro -y también en la médula espinal- es posible distinguir entre la materia gris y la materia blanca. La materia o sustancia gris se extiende por gran parte de la corteza cerebral y además se halla en el tronco encefálico, el cerebelo y la médula espinal.
TemasComponentes de la materia gris
Entre los componentes de la materia gris se encuentran los cuerpos de las neuronas. Estos cuerpos, mencionados como somas, pueden presentar distintas formas. Las neuronas, asimismo, poseen diferentes prolongaciones, siendo el axón (también conocido como neurita) la de mayor extensión.
Los axones, que se encargan de la conducción del impulso nervioso, pueden estar recubiertos o no por una estructura denominada mielina. En la materia gris aparecen axones amielínicos.
A los somas neuronales y los axones sin mielina hay que sumarles las células gliales, que aportan energía y nutrientes a las neuronas. La coloración grisácea de estos componentes le otorgan el nombre a esta área del sistema nervioso central, aunque en las personas vivas se la ve más bien rosada debido a la sangre de los capilares.
Al contrario de lo que suele pensarse, la materia blanca es la que predomina en el cerebro del ser humano. Se estima que la materia gris apenas representa el 40% del contenido cerebral.
El procesamiento de la información tiene lugar en la materia gris.
Su función
En la materia gris se lleva a cabo el procesamiento de la información. Puede decirse, pues, que en esta región se desarrolla el razonamiento. Como no dispone de mielina, la materia gris no transmite los impulsos nerviosos con rapidez, sino que se orienta al análisis de las señales que recibe. Es la materia blanca la que se encarga de enviar esas señales mediante los axones mielinizados hacia la materia gris.
El pensamiento, la atención, la memoria, las emociones, la cognición y la coordinación de los movimientos son algunas de las cuestiones que controla la materia gris. Esto no quiere decir que la materia blanca carezca de importancia: las neuronas, de hecho, se conectan entre sí gracias a ella.
Materia gris y salud
Diversos trastornos y enfermedades pueden provocar la muerte de las células nerviosas que componen la materia gris. Cuando los somas no reciben la energía que necesitan, las neuronas dejan de funcionar adecuadamente y se puede registrar su pérdida.
Al producirse una lesión que atenta contra la integridad de la materia gris, la posibilidad de recuperación depende de diversos factores. La edad del paciente es clave, al igual que la magnitud del daño.
Si nos centramos en las enfermedades neurodegenerativas, una de las más usuales que afectan a la materia gris es el alzhéimer, también nombrado como mal de Alzheimer o enfermedad de Alzheimer. Su denominación está vinculada al neurólogo alemán Alois Alzheimer, quien a comienzos del siglo XX investigó los síntomas de esta afección.
Aquellos que tienen alzhéimer sufren la atrofia y la muerte de las células nerviosas. Este deterioro de la materia gris se refleja en fallos de la memoria y en la pérdida de diversas capacidades cognitivas.
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