La teoría del valor-trabajo es importante en el materialismo histórico.
El materialismo histórico es una doctrina que estudia la historia de la humanidad a partir de los métodos de producción y los vínculos económicos. Se trata del marco teórico desarrollado por Karl Marx y Friedrich Engels para explicar el devenir histórico.
La lucha de clases y los conflictos derivados de la contradicción entre las relaciones de producción y las fuerzas productivas son, para el materialismo histórico, el motor que impulsa los cambios sociales y políticos. Es interesante señalar que el concepto no fue acuñado por Marx: lo postuló con posterioridad Gueorgui Plejánov y luego fue adoptado por Engels.
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ResumenCaracterísticas del materialismo histórico
El materialismo histórico se desarrolló como una respuesta o una mirada alternativa a la perspectiva burguesa que narraba la historia a partir de la intervención de hombres ilustres o héroes y del impacto de las ideas. Para Marx y Engels, la historia podía explicarse en virtud de los intereses antagónicos de las clases sociales, surgidas por la división que implica poseer o no poseer los medios de producción.
De acuerdo al materialismo histórico, quienes tienen los medios de producción (maquinaria, recursos naturales, herramientas, dinero) forman las clases explotadoras. Aquellos que no disponen dichos medios, en cambio, se ven forzados a vender su fuerza de trabajo, siendo las clases explotadas.
Marx consideraba que el valor de las mercancías estaba dado por el tiempo de trabajo socialmente necesario para su generación. En este marco, entendía que la fuerza de trabajo era una mercancía más y su valor, los bienes que se necesitaban para que el trabajador subsista. Siguiendo con esta linea, Marx afirmaba que los trabajadores cubrían su subsistencia y además realizaban un trabajo excedente (el plustrabajo), que se lo apropiaba el capitalista. Dicho plustrabajo es la clave de la explotación.
En este contexto, el materialismo histórico manifiesta que a cada etapa de desarrollo de las fuerzas productivas le corresponden ciertas relaciones de producción, que constituyen la infraestructura económica de la sociedad. Sobre dicha base se erige una superestructura política y jurídica, a la cual le corresponden formas específicas de conciencia social. Por lo tanto, la manera en que se produce la vida material condiciona los procesos sociales, políticos e incluso la conciencia.
En definitiva, el materialismo histórico afirma que el modo en que se producen las condiciones materiales de existencia determina las características históricas de cada época. El conflicto entre los oprimidos (el proletariado) y los opresores (la burguesía) motoriza el progreso histórico a través del cambio social y de distintas dinámicas de reforma y revolución.
El materialismo histórico brinda un marco conceptual a la filosofía marxista.
Su importancia en la política
Las teorías que propone el materialismo histórico se aplican en la política y en el análisis social. Sus preceptos, por ejemplo, permiten rechazar la visión del capitalismo como el resultado de la evolución humana o como un sistema inamovible.
A su vez, el materialismo histórico va más allá de la visión del socialismo basada solamente en ideales (como la igualdad y la libertad), encontrando en el comunismo una propuesta concreta de transformación social. Por eso no se limita a la postulación teórica sino que apunta a la liberación del proletariado en el plano real.
El marxismo, partiendo del marco del materialismo histórico y su análisis de la historia de la economía y la política, considera que el capitalismo por sí mismo produce las condiciones para lograr su superación. A través de la lucha de clases, la clase obrera puede tomar el poder e instaurar el socialismo mediante la dictadura del proletariado: en este punto, los medios de producción se vuelven de propiedad colectiva y el Estado se encarga de la planificación económica y de determinar el modo de producción adecuado para la satisfacción de las necesidades sociales.
El siguiente paso en la emancipación de los explotados es la transición del socialismo al comunismo, donde ya no existiría la propiedad privada, el Estado no es necesario y las clases sociales desaparecen ante la ausencia de antagonismo social.
Para el materialismo histórico, la estructura social se divide en base y superestructura.
El materialismo histórico y las críticas
Si bien el materialismo histórico es reconocido como un marco válido por diversas corrientes de ideologías de izquierda, desde otros puntos de vista se lo critica y se le marcan distintas falencias.
Un señalamiento que se le hace habitualmente al materialismo histórico es que limita el desarrollo de la historia al vínculo material que se establece entre los individuos. Eso implica minimizar la relevancia de la cultura y de otros factores centrales en la vida.
Por otro lado, hay quienes advierten que ofrece un análisis incompleto de las relaciones sociales al reconocer solamente dos grandes grupos (explotadores/explotados) que se definen a partir de criterios únicamente económicos.
La escasa influencia que el materialismo histórico le atribuye a los individuos en la configuración de la estructura social es otra crítica recurrente. La concepción materialista de la historia siempre se centra en los grupos sociales por sobre las personas.
Asimismo no pocos pensadores señalaron que el materialismo histórico falla al no poder explicar su propio tiempo (es decir, el de Marx y Engels) en base a su determinismo económico. Por otro lado, resulta impracticable trasladar y aplicar su teoría a todas las épocas.
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