La matrona controla, acompaña, guía, informa, asiste y ayuda a las gestantes durante el embarazo, el parto y el puerperio.
Matrona es la denominación que recibe el personal sanitario femenino que se dedica a brindarle acompañamiento a una mujer a lo largo del embarazo, el momento del parto y el periodo de posparto. Si esa tarea la ejerce un hombre, entonces se lo nombra como matrón.
Este vocablo que identifica desde la teoría a quien se ha preparado y está en condiciones de servirle a una parturienta desde el rol de asistente deriva de un concepto latino entendido como una persona de género femenino que ha contraído matrimonio y/o ha formado una familia eligiendo transitar la experiencia de la maternidad.
La matronería, también conocida a escala internacional como obstetricia o hasta partería, es la disciplina del área de la salud que instruye y respalda a las llamadas matronas, obstétricas, parteras o comadronas.
En los últimos tiempos, además, ha ido ganando terreno la figura de la doula, que no hace lo mismo que una matrona. Aunque, al menos por el momento, el diccionario de la Real Academia Española (RAE) no ha incluido a esta noción, esta palabra va escalando posiciones ya que es frecuente que se ofrezcan y se soliciten los servicios de una doula. Al respecto es interesante resaltar que se asocia a esta clase de asistente con un respaldo y ayuda de carácter espiritual o emocional, pero no asume responsabilidades sanitarias. Una doula, indican aquellos que se especializan en el tema, no está capacitada para llevar a cabo estudios médicos, dar diagnósticos ni efectuar intervenciones clínicas: sí puede guiar, dar sostén anímico, transmitir tranquilidad, informar, sugerir ejercicios que propicien la relajación y hacer masajes. En definitiva, se dedica a acompañar a alguien que está por traer una nueva vida al mundo.
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ResumenResponsabilidades de una matrona
Son varias, y segmentadas en diferentes etapas, las responsabilidades de una matrona. Ya con el embarazo en curso (confirmado en principio por una prueba de embarazo adquirida en una farmacia y luego mediante un análisis de sangre realizado en laboratorio), por ejemplo, se encarga de hacer el control prenatal y el seguimiento de la persona gestante a fin de favorecer un buen estado de salud de la mujer y conseguir que el feto vaya desarrollándose con normalidad.
En la primera cita con ella, la matrona elabora un informe personalizado incluyendo datos sobre el historial médico (enfermedades, embarazos previos que se interrumpieron o llegaron a término, etc), eventuales hábitos nocivos de la embarazada y la fecha de la última menstruación de la futura mamá. A partir de entonces, independientemente de si se trata, o no, de un embarazo de alto riesgo, se solicitará un examen prenatal.
Estudios de sangre y orina, así como ecografías, son esenciales para conocer en concreto cómo se encuentran tanto la madre como el bebé (o los bebés, en caso de tratarse de un embarazo múltiple con gemelos, mellizos, trillizos, etc en camino).
Un bebé prematuro o aquel recién nacido con ciertas patologías o que presenta bajo peso tras el nacimiento es llevado a una incubadora, con personal médico y de enfermería supervisándolo y atendiéndolo de manera permanente.
Cumpliendo los controles y en manos de excelentes profesionales del ámbito de la medicina se pueden detectar a tiempo patologías y trastornos e implementar medidas para resguardar las dos vidas. La diabetes gestacional, el riesgo de preeclampsia, la placenta previa, la interrupción o restricción del crecimiento intrauterino, anomalías del feto o una posición infrecuente de él son algunas de las cuestiones que exigen especial atención.
Embarazo, parto y posparto
La matrona es necesaria y útil durante embarazo, parto y posparto.
A lo largo de la gestación entabla con la embarazada un vínculo de cuidado y confianza que no concluye cuando el recién nacido queda en los brazos maternos. La matrona da pautas, resuelve dudas, evalúa distintos aspectos en cada etapa priorizando el bienestar de madre e hijo (muchas veces, incluso, contempla necesidades o temores del esposo y futuro padre en pos de enriquecer la experiencia familiar) e intenta minimizar inseguridades y miedos de quien está por dar a luz.
Salvo excepciones, la matrona se ocupa de recibir en el centro de maternidad o clínica a la mujer que ha roto bolsa o ya presenta contracciones uterinas intensas y regulares. Valiéndose de sus conocimientos, ella evaluará el panorama y determinará si se necesita inducir el parto, si ya está en curso el parto, si hay un imprevisto que exige una actuación médica o si se trató de una falsa alarma.
La gestante, siempre y cuando estén garantizadas las condiciones de salud, seguridad y asistencia para madre y bebé, tiene derecho a decidir de qué modo traer al mundo a su/s descendiente/s. Así, pues, puede intentar tener un parto natural en un hospital público o sanatorio privado o ir a cesárea (aplicando anestesia epidural y realizando un corte en el abdomen y el útero a fin de extraer al bebé). Hay quienes optan por modalidades no tan frecuentes a escala masiva como el parto en casa o solicitan un parto en agua, pero es esencial que toda práctica por fuera de una sala de partos convencional esté controlada por personal idóneo que sepa cómo actuar ya sea en condiciones de normalidad como ante una complicación que obligue a una intervención médica de urgencia.
Siempre que sea posible, es necesario, positivo, beneficioso y saludable iniciar la lactancia materna a demanda cuanto antes para proporcionar alimento y propiciar el apego.
Una vez que el bebé está fuera del vientre materno se procede al corte del cordón umbilical y se activa un protocolo de cuidado del recién nacido llevado a cabo por profesionales instruidos en neonatología. En esta instancia la matrona sigue siendo una figura valiosa que cuida y orienta a las madres para promover el inicio temprano de la lactancia materna y las acompaña para que transiten el puerperio del mejor modo posible.
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