La mensajería de paquetes físicos depende de vehículos motorizados para el viaje de un punto a otro.
Se llama mensajería al servicio que brindan las compañías dedicadas a la entrega de paquetes y correspondencia. A través de estas empresas, una persona puede enviar un objeto, un documento, etc. a otro individuo.
TemasDiferencias con el correo postal
El servicio de mensajería comparte características con el correo postal ya que ambos se encargan del reparto de cajas y cartas. Sin embargo, hay diferencias entre las dos alternativas. Por lo general la mensajería se desarrolla puerta a puerta: el trabajador retira el elemento a enviar del domicilio del remitente y lo lleva directamente a la dirección indicada. En el caso del correo postal, los productos y las misivas primero van a una oficina, donde se redistribuyen de acuerdo a cuestiones logísticas.
El correo postal, por otra parte, suele resultar más económico que la mensajería. En contrapartida, demora más tiempo. Otro dato que distingue al correo de la mensajería es que el primero suele ofrecer también el embalaje, ya sea como servicio o bien en forma de productos que el cliente puede comprar para preparar el envío (cajas, sobres, papel, etcétera).
Las empresas de mensajería que funcionan en grandes ciudades suelen contar con trabajadores que se desplazan en motocicletas. De este modo, se agilizan las entregas en toda la zona urbana.
Mensajería virtual
La idea de mensajería, por otra parte, refiere al sistema que permite enviar y recibir mensajes a través de un medio tecnológico (un teléfono, una computadora). El servicio de correo electrónico es uno de los ejemplos más antiguos en haber sido adoptados por millones de personas; por medio de él, es posible enviar una carta digital con archivos adjuntos a cualquier parte del mundo sin demoras. Cuando la comunicación es en tiempo real, se habla de mensajería instantánea.
Recurriendo a una red de telefonía móvil o a Internet, la mensajería instantánea posibilita el intercambio de mensajes. Estas herramientas nacieron con mensajes de texto, aunque actualmente también sirven para intercambiar grabaciones de vídeo y audio. La aplicación WhatsApp es un ejemplo de recurso que favorece la mensajería instantánea.
Como su nombre lo indica, el envío del mensaje se realiza en el momento y el destinatario lo recibe prácticamente al mismo tiempo. En este punto debemos señalar que la inevitable demora depende de varios factores, como ser la infraestructura del programa (sus servidores, el grado de optimización de su código), la calidad y velocidad de las conexiones a Internet que use cada persona, las características técnicas de los dispositivos usados, los eventuales problemas debidos al mal tiempo, etcétera. En el mejor de los casos (tanto el tiempo como los aparatos y el proveedor de Internet son excelentes), el tiempo que tarda cada mensaje en llegar a destino es tan corto que se percibe como si fuera instantáneo.
WhatsApp es uno de los programas de mensajería instantánea más populares.
Mensajería instantánea: características
Una de las características más presentes de la mensajería instantánea es la lista de contactos. Si bien antes de la era de Internet también era posible contar con este recurso, como ser en forma de agenda, la versión digital ofrece varias ventajas por sobre el papel: no se desgasta, tiene menos probabilidades de «perderse» (debería haber un grave fallo técnico en los servidores), permite búsquedas automatizadas, función de autocompletar y envío a múltiples destinatarios sin la necesidad de volver a elaborar el mensaje, entre otras.
Dado que la mensajería instantánea pretende acercar más a la gente, además de la comunicación directa ofrece la posibilidad de conocer la ubicación y el «estado» de los usuarios (si están ocupados, lejos del dispositivo, de vacaciones, etcétera). El uso de imágenes de perfil es otra característica de estos sistemas frente a los tradicionales: hay quienes se hacen una foto, otros que muestran un paisaje, a sus mascotas o bien a su personaje ficticio favorito, entre otras posibilidades.
