El vocablo del griego bizantino monachós, que puede traducirse como «solo», derivó en el latín tardío monăchus, que en el occitano antiguo se transformó en monge. No obstante, no hay que pasar por alto tampoco que, a su vez, esa palabra emana del griego. En concreto, deriva de «monakhos», que puede traducirse como «solitario» o «único».
En nuestro idioma, un monje es un individuo que reside en un monasterio y que pertenece a una orden religiosa.
Los monjes son sujetos que pueden vivir en soledad o en comunidad con otros monjes. Se trata de personas que optan por el ascetismo, alejándose de la vida mundana y de los objetos materiales para centrarse en la oración.
Entre las palabras que pueden funcionar como sinónimos de monje nos topamos con hermano, anacoreta, religioso, fraile, eremita e incluso cenobita.
Por lo general se vincula a los monjes con el cristianismo. De todos modos, el concepto también puede usarse respecto a ascetas que profesan otras religiones y credos.
Los primeros monjes cristianos fueron religiosos que, sobre todo a partir del siglo III, tomaron la decisión de alejarse de las zonas más pobladas para consagrarse a Dios. Así se instalaron en cavernas y en regiones desérticas para rezar y meditar, adoptando votos de pobreza y castidad.
Hay monjes que nunca salen del monasterio y que no tienen contacto con nadie del exterior: se trata de los llamados monjes de clausura. Una vez que ingresan a la orden y se suman a la vida monacal, aceptan la obligación de no salir del edificio. Quienes no forman parte de la orden, en tanto, tienen prohibido ingresar al lugar donde se encuentran estos monjes.
Cabe resaltar que, más allá del cristianismo, podemos encontrar monjes budistas, monjes hindúes y monjes taoístas, entre muchos otros. Cada grupo asume sus propias obligaciones y sus mandatos de acuerdo a sus creencias.
De la misma manera, no podemos pasar por alto la existencia de lo que se conoce como fruto del monje. Se trata de una vid herbácea que es perenne, que es oriunda de China y que forma parte de la familia denomina Cucurbitaceae. De su fruto se viene a extraer un extracto que se considera que es mucho más dulce que el propio azúcar.
Además, de todo lo indicado no hay que olvidar que uno de los libros más vendidos en los últimos años lleva en su título la palabra que nos ocupa. Nos estamos refiriendo a la obra «El monje que vendió su Ferrari: Una fábula espiritual». Esta obra está escrita por Robin Sharma y cuenta la historia de un abogado de éxito que, tras sufrir un infarto, hace frente a una crisis existencial.
En concreto, ese problema de salud le hace replantearse la vida que tiene y decide realizar un viaje al Himalaya para reencontrarse consigo mismo. Ese viaje y lo que descubrirá en su destino le llevarán a tomar una decisión: dejar a su mujer, vender su Ferrari y la espectacular casa de vacaciones que tiene y emprender otro rumbo vital.
