La idea de nexo se emplea en el terreno de la gramática para hacer referencia al elemento que permite enlazar oraciones, sintagmas o palabras. Esta unión es posibilitada por una función sintáctica.
Un nexo consecutivo es aquel que establece un vínculo de consecuencia entre dos enunciados. Lo que hace es introducir un segmento que resulta el efecto o la causa del segmento precedente.
Diferentes locuciones y conjunciones pueden usarse como nexo consecutivo. Por ejemplo: “Iré a la fiesta pues me he comprometido a hacerlo”. En este caso, “pues” es el nexo consecutivo que enlaza las dos partes de la expresión (“Iré a la fiesta” y “me he comprometido a hacerlo”). El hecho de asistir al evento, en este marco, es una consecuencia del compromiso asumido previamente por el hablante.
Veamos otro ejemplo: “Hace frío así que saldré con abrigo”. Como se puede advertir, la locución “así que” actúa como nexo consecutivo, relacionando los enunciados “Hace frío” y “saldré con abrigo”. La decisión de recurrir a ropa abrigada es resultado de las bajas temperaturas percibidas con anterioridad.
“No tengo dinero, por lo tanto no me iré de vacaciones” es una expresión más que incluye un nexo consecutivo: “por lo tanto”. Como el individuo carece de recursos económicos, no podrá viajar para disfrutar sus días libres.
Incluso podemos encontrar un nexo consecutivo en la famosa frase de René Descartes que se traduce como “Pienso, luego existo”. El filósofo francés manifiesta que una persona “es” ya que “piensa”. El nexo consecutivo utilizado es “luego”, que vincula el acto de pensar y la existencia.
En este punto es importante señalar que el significado de la palabra luego no es el que solemos darle en el habla cotidiana, o sea, «después», sino debemos entenderla como un sinónimo de «por lo tanto, por consiguiente». Dicho de otra manera, la frase de Descartes podríamos simplificarla en: «pienso; por lo tanto, existo».
Los nexos consecutivos pertenecen a un grupo mucho mayor, el de los nexos subordinantes, los cuales se caracterizan por conectar una proposición considerada principal a una secundaria, que se subordina a ella. Los nexos subordinantes pueden ser adverbios, pronombres, locuciones conjuntivas o conjunciones y se encuentran entre las palabras y construcciones que usamos con mayor frecuencia en el habla cotidiana.
Cabe mencionar que de la larga lista de nexos consecutivos, no todos son comunes en el lenguaje coloquial, así como tampoco los encontramos en oraciones ordenadas y sin pausas. Por ejemplo: el nexo luego, mencionado anteriormente, es extremadamente raro en una conversación, al menos fuera del ámbito académico; en su lugar solemos encontrar así que o, con menos frecuencia, por lo tanto.
El nexo consecutivo así que también puede incluir el verbo ser en el medio para volverlo más ameno en la comunicación oral, como puede apreciarse en el siguiente ejemplo: «Me dijo claramente que no pensaba seguir trabajando con nosotros, así es que ya me he puesto a buscar un reemplazo».
Otro de los nexos consecutivos más usados es tan + adjetivo + que, y sirve para presentar una cualidad de un sustantivo que, dada su intensidad, genera una consecuencia, expresada al final de la oración: «Este ordenador es tan potente que jamás noto un descenso de fluidez en los videojuegos». Si quisiéramos descomponer esta oración en dos, sería necesario prescindir del nexo, ya que sólo tiene sentido si están ambas proposiciones.
Una variante de este nexo consecutivo consiste en usar un adverbio en lugar de un adjetivo. Por ejemplo: «Me lo explicó tan detenidamente que nunca lo olvidaré». Nótese que en este caso puede surgir una confusión con el término rápido, ya que puede funcionar como adjetivo («Es tan rápido») o adverbio («Habla tan rápido»).