En el ámbito de la gramática, los nexos son elementos que posibilitan la unión de oraciones, sintagmas y palabras. Dicho enlace se logra gracias a una función sintáctica.
Los nexos explicativos, en este marco, vinculan enunciados que se explican entre sí. Al relacionar las dos partes, se aporta más información o se manifiesta mejor aquello que se pretende comunicar.
Por ejemplo: “Norberto es el padre de mi mamá, o sea, mi abuelo materno”. Como se puede apreciar, tenemos dos fragmentos (“Norberto es el padre mi mamá” y “mi abuelo materno”), unidos por el nexo explicativo “o sea”. Decir que alguien es el “padre de mi mamá” o “mi abuelo materno” es lo mismo, aunque la variación de lo expresado contribuye a reforzar la idea.
En el ejemplo recién expuesto notamos que el nexo explicativo o sea nos permite unir dos proposiciones que resultan igualmente ciertas si las convertimos en oraciones individuales. Ambas tienen el mismo sentido, por lo cual el interlocutor no necesita de las dos para entender la idea principal. Digamos que nos sirve para expresar una idea de dos maneras diferentes o desde dos puntos de vista diferentes.
Veamos otro caso: “Dejé de trabajar; mejor dicho, me despidieron”. La oración incluye el nexo explicativo “mejor dicho” como puente entre las partes “Dejé de trabajar” y “me despidieron”. Si bien las dos aseveraciones son correctas y en el fondo aluden a lo mismo (el sujeto ya no trabajará en un cierto lugar), la segunda parte aporta una mayor precisión. Así puede saberse que la persona no abandonó el empleo por propia voluntad, sino que lo echaron del mismo.
Aquí las cosas cambian ligeramente: mientras que en el ejemplo del abuelo materno las dos proposiciones de la oración explicativa tenían exactamente el mismo significado, el ejemplo anterior nos presenta dos con matices diferentes. En este caso, el uso del nexo explicativo mejor dicho nos ayuda a corregir nuestra primer preposición, a aclarar nuestras ideas para que el interlocutor entienda con mayor precisión el mensaje.
Más oraciones con nexo explicativo: “Este pantalón no es tan nuevo, es más, tiene varios años” (el nexo explicativo es “es más”), “La temperatura no supera los 10 grados, es decir, hace frío” (nexo explicativo: “es decir”), “El régimen impone una férrea censura, esto es, no hay libertad de expresión” (“esto es” funciona como nexo explicativo).
Gracias al uso del nexo explicativo es más podemos agregar información que complemente la primera proposición, a diferencia de lo que suele ocurrir con los anteriores, que más bien la presentan desde otro punto de vista o la corrigen. Cabe mencionar que los nexos explicativos no siempre resultan necesarios para el interlocutor, sino que pueden surgir de la inseguridad del propio emisor si cree que su mensaje no es suficientemente claro.
La necesidad de los nexos explicativos en la comunicación se da porque los seres humanos, o más bien los seres vivos, no podemos evitar encontrarnos en un contexto, tanto social, como histórico y geográfico, entre otros, y por esta razón nuestras palabras no siempre significan lo mismo. Con mucha frecuencia debemos explicar nuestras afirmaciones, agregando una cierta cantidad de información que nuestro receptor no conozca de antemano.
Claro que esto no se aplica a ciertas «verdades universales», como ser los fenómenos de la física, la química y las matemáticas, los cuales en general podemos expresar con oraciones cortas y precisas. Veamos un ejemplo para contrastar las ciencias exactas con una situación cotidiana. Un químico nos podría afirmar que «un cubo de hielo se derrite si lo sometemos a una temperatura igual o superior a 100 grados centígrados». Sin embargo, en una conversación informal los verbos no tienen el mismo peso: «el helado se me derritió todo; bueno, mejor dicho comenzó a derretirse pero todavía podía tomarse».
