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En la observación participante es importante evitar el etnocentrismo.
La observación participante es una método que se aplica para recolectar datos en distintas disciplinas científicas. Se trata de una técnica que se emplea en la antropología, las ciencias políticas y la sociología, por ejemplo.
Para llevar a cabo la observación participante, el investigador tiene que compartir un tiempo prolongado con los integrantes del grupo a estudiar, interactuando con ellos para tomar conocimiento sobre sus creencias y prácticas. Por sus características, la observación participante es un recurso para el desarrollo del trabajo de campo.
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Su historia
Es importante indicar que en la antropología no siempre se recurrió a la observación participante para la recolección de datos. En una primera etapa, los antropólogos estudiaban las normas sociales, los rituales y el comportamiento humano de una cultura mediante la información que suministraban quienes habían mantenido un contacto directo con la comunidad. James George Frazer y Edward Burnett Tylor fueron dos expertos que trabajaron de ese modo, sin apelar a la inmersión cultural.
Con el tiempo, sin embargo, se empezó a pensar en una investigación participativa con acceso al campo. A fines del siglo XIX, Alfred Cort Haddon con los aborígenes del estrecho de Torres y Frank Hamilton Cushing con el pueblo zuni en Nuevo México dieron los primeros pasos hacia la observación participante.
No obstante, se considera como pionero de esta técnica a Bronisław Malinowski con su observación participante de las costumbres y los rituales de quienes vivían en las islas Trobriand.
Malinowski revolucionó la etnografía (la investigación cualitativa de los modos de vivir y los hábitos de los pueblos) al apelar a los vínculos sociales con las personas que estudiaba, aprendiendo de ellas al observarlas e incluso participando en sus rituales. Luego Margaret Mead, Edward Evan Evans-Pritchard y otros antropólogos siguieron sus pasos, al igual que sociólogos, politólogos, psicólogos sociales y comunicadores adoptaron y adaptaron el recurso a sus áreas.
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La observación participante ayuda a comprender los valores culturales de un pueblo.
Características de la observación participante
La observación participante exige que el investigador entable una interacción social con el grupo a investigar y defina quiénes serán sus informantes. Así, además de tomar notas de campo en su diario de investigación, conversará con ellos para validar datos y obtener más información.
Hay una doble dimensión en la observación participante, como el propio concepto lo sugiere. Por un lado, debe desarrollarse una observación sistemática y controlada. Por otra parte, el analista tiene que intervenir activamente en las actividades de la comunidad. Suele ser motivo de debate hasta qué punto el investigador debe sumarse a las prácticas y los actos del conjunto que está examinando ya que la subjetividad puede terminar imponiéndose a la objetividad. Se aspira a lograr una articulación adecuada entre actuar como un testigo de los hechos y protagonizarlos.
En este marco, hay que subrayar que la observación específica no contempla tareas específicas ni se desarrolla de una manera uniforme. Un investigador puede sumarse a una asamblea comunitaria, bailar, probar comidas típicas o incorporarse a un equipo deportivo, por mencionar algunas posibilidades. Esa imprecisión es la cualidad que distingue a la técnica.
En cualquier caso, la finalidad de la observación participante es obtener datos. Ese acceso a la información. como ya vimos, puede ser interno (mediante la participación directa) o externa (la observación).
Una cuestión que siempre se considera, y que esgrimen quienes critican esta metodología, es que el investigador nunca se convertirá realmente en un nativo. Por eso su participación en ritos y prácticas no deja de tener un componente forzado o simulado. De manera simultánea, su mera presencia (incluso como observador) condiciona, de un modo u otro, a los pobladores, alterando el escenario «normal».
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Los roles sociales en una comunidad pueden advertirse a través de la observación participante.
Ventajas y desventajas
La observación participante es muy útil para trasladar la teoría a una realidad específica. El investigador pueda examinar de forma crítica los conceptos e incluso realizar descubrimientos en el campo.
Otro punto a favor es que se evita la intermediación de terceros para la recolección de datos. Si bien el investigador no puede desprenderse de su sentido común ni de sus emociones, puede controlarlos a través de la reflexión.
Tampoco se puede dejar de mencionar que la propia presencia física del analista en el lugar le confiere mayor credibilidad a sus interpretaciones. Se suele aceptar que la observación participante favorece la comprensión de aquello que sucede.
Entre los aspectos negativos, como ya vimos, puede mencionarse la influencia que ejerce el investigador en los hechos y las dificultades para conservar la objetividad. Por otro lado, la observación participante demanda mucho tiempo hasta que se logra la confianza de las personas.
Una desventaja que se indica con frecuencia, asimismo, son los inconvenientes para extrapolar los resultados. Las interpretaciones del analista, además de acarrear un elevado componente de subjetividad, proceden de situaciones muy específicas.
Ejemplos de observación participante
Supongamos que un antropólogo desea estudiar los ritos de un grupo evangelista. Para obtener datos etnográficos, comienza a acudir a sus misas, observando la interacción grupal. Con el paso del tiempo, se acerca más a los participantes, avanzando con la socialización. Así también empieza a participar en determinados actos que se realizan en las liturgias. Esta observación participante le resulta muy útil para conocer el funcionamiento de la religión en cuestión.
Cabe destacar que el investigador no necesariamente debe presentarse como tal. Pensemos en un sociólogo que analiza las prácticas que tienen lugar en los mercados y bazares árabes. De este modo, recorre estos lugares y conversa con los vendedores, simulando ser un potencial cliente. Estas entrevistas informales le sirven para conseguir información y la propia dinámica social le permite descubrir cómo se llevan a cabo las operaciones.