Papiro es una planta de la familia de las ciperáceas que presenta hojas largas y muy estrechas y cañas de más de dos metros de altura que terminan en un penacho de espigas con flores pequeñas y verdosas. Esta planta, cuyo nombre científico es Cyperus papyrus, crece en la zona del río Nilo en Egipto y en diversos lugares de la cuenca mediterránea.
Lo habitual es que el papiro se reproduzca a través de sus rizomas. De ellos, en ciertos intervalos, brotan nuevos troncos. Las semillas transportadas por el viento también pueden favorecer la multiplicación, mientras que algunas especies de papiro pueden reproducirse por esquejes.
El papiro como soporte de escritura
Del tallo del papiro puede obtenerse una lámina que, en la antigüedad, era utilizada para escribir en ella, como en la actualidad usamos las hojas de papel. Dicha lámina y el manuscrito creado sobre su superficie también reciben el nombre de papiro.
El papiro, por lo tanto, es un soporte de escritura. Su utilización era habitual en el Antiguo Egipto, sobre todo en los pueblos de la cuenca oriental del mar Mediterráneo. Con la caída de la antigua cultura egipcia, el papiro perdió terreno frente al pergamino. Ya para el siglo XI quedó en desuso y hoy sólo se conservan los antiguos papiros por su valor histórico y cultural.
La creación de un papiro obligaba a dejar el tallo de la planta en remojo durante una o dos semanas. Después se lo cortaba en tiras finas que se prensaban con un rodillo para eliminar sustancias líquidas. Finalmente se volvían a prensar las láminas para que la savia funcionase como adhesivo y se las frotaba con una concha o un trozo de marfil durante varios días.
Una pieza controversial
En el año 2012, Karen L. King, una historiadora de la Escuela Teológica de Harvard especializada en los comienzos del cristianismo descubrió un trozo de papiro perteneciente al siglo IV en el cual se menciona una supuesta esposa de Jesucristo. La lengua usada en el escrito es copto, usada en el antiguo Egipto. En abril de 2014, dicho hallazgo fue declarado auténtico por tres prestigiosas universidades: las de Columbia y Harvard, y el MIT.
La controvertida pieza de papiro no mide más que una tarjeta de crédito y está escrita en tinta negra a ambos lados, con ocho líneas de cada uno. Para una correcta lectura se hizo necesario el uso de una lupa. Aparentemente, debajo de la línea en la cual se menciona la esposa de Jesús, hay una cláusula que sugiere que ella podría ser su discípula.
King hizo público su descubrimiento en un congreso internacional que tuvo lugar en Roma. Cabe mencionar que se trata de una historiadora con varios libros publicados y con el mérito de ser la primera mujer en tener a cargo la cátedra Hollis de divinidad.
El análisis del papiro hallado por King
Como dato interesante, no se conoce la procedencia del trozo de papiro, ya que fue hallado en un lote de papeles de un coleccionista de papiros coptos, árabes y griegos, que pidió no se desvelase su identidad. Desde el primer momento, King se mostró abierta a que el papiro fuese examinado por todos aquellos expertos que desearan comprobar su autenticidad, y dos años después su nombre permanece intachable ante el apoyo de las instituciones antes mencionadas.
Como era de esperarse, el hallazgo causó una verdadera conmoción en la comunidad religiosa, dado que no existe ningún documento oficial que hable de una relación amorosa de Jesucristo o de una discípula. Por otro lado, dada la lucha de la mujer por recibir el mismo trato que el hombre en la sociedad actual, una revelación de esta naturaleza podría resultar muy favorable para reivindicar sus derechos.