La noción de pava se usa de diferentes formas según la región. En Argentina y en Paraguay, se denomina pava a un recipiente que se emplea para calentar agua.
La pava, en este marco, dispone de pico, tapa y un asa para facilitar su manipulación. Para su llenado, se debe quitar la tapa e incorporar el agua caliente; luego, se vuelve a colocar la tapa para que no se enfríe. Gracias al pico, resulta sencillo verter el líquido adonde se desea.
Llamada caldera en otros países, la pava resulta similar a una tetera, aunque en la tetera el agua se coloca ya caliente, mientras que la pava puede ubicarse directamente sobre el fuego. Por lo general estos objetos se fabrican con aluminio, acero inoxidable o hierro y pueden estar enlozados o esmaltados.
En algunos países, sin embargo, estos dos término se usan de forma indistinta, ya que la definición de los conceptos no siempre es tan estricta en el habla cotidiana. En cualquier caso, tanto la pava como la tetera son dos utensilios de cocina de los más usados a nivel mundial en el día a día.
Una de las utilizaciones más habituales de la pava es para el cebado del mate. Una vez que la yerba ya está dispuesta en el mate, el cebador puede añadir el agua caliente directamente desde la pava.
La pava también se usa para preparar café, té e incluso para calentar agua que luego se vierta en otro recipiente, como ser una olla, un plato o una taza, con el propósito de elaborar sopas o infusiones varias. Mientras que el resto de los elementos de la cocina suelen estar expuestos al aceite y la grasa propias de los alimentos, la pava tiene aplicaciones más «limpias», por así decirlo, ya que no es común llenarla con un líquido que no sea agua.
Por esta razón, tampoco es muy común lavarla con detergente, al menos no todos los días, sino dejarla a un costado luego de usarla. Sin embargo, esto no significa que la pava no requiera ningún tipo de cuidado relacionado con la limpieza. De hecho, puede ser el foco de uno de los problemas más molestos que ocasiona el agua potable en algunos países: la acumulación de sarro.
El sarro es un compuesto sólido de color blanquecino que también se conoce con el nombre de carbonato de calcio. Podemos encontrarlo especialmente en aguas duras. Luego del hervor, se cristaliza y se pega a las paredes de la pava; cuanto más tiempo pase antes de que lo quitemos, más difícil será la tarea.
Para limpiar una pava cuya superficie interna se haya plagado de sarro, podemos comprar productos abrasivos o recurrir a métodos caseros, que siempre son más sanos y seguros de usar. El vinagre, el limón y el bicarbonato son los ingredientes más comunes y recomendados. El truco está en mezclarlos con agua, dejarlos actuar durante una hora o más y luego llevarlos a hervor, para finalmente enjuagar bajo el grifo. Es importante no intentar quitar el sarro con herramientas que puedan dañar la superficie, como ser tenedores o cuchillos.
También se llama pava a la hembra del pavo, un ave que pertenece al orden las galliformes. Las pavas y los pavos se caracterizan por su cuello extenso con carnosidades de color rojo.
A la persona irresponsable o que hace tonterías, en tanto, puede calificársela como pava. Por ejemplo: «No seas pava y empieza a estudiar que, de lo contrario, reprobarás el examen», «Mi primo es un pavo, no puedes hablar de nada serio con él».
La pava, por último, también puede ser la mala fortuna o el flequillo, según indica la Real Academia Española (RAE) en su diccionario.
