El término pediculosis proviene del latín científico, donde se utiliza el vocablo pedicŭlus para aludir al piojo (un insecto que es parásito del ser humano y de otros mamíferos). Se llama pediculosis a la infestación de piojos y a la enfermedad cutánea causada por estos organismos.
Es importante saber que el término que ahora nos ocupa se formó a partir de la unión de ese sustantivo “pediculus” y del sufijo “-osis”, que se usa para indicar “enfermedad” o “proceso”.
El piojo es un ectoparásito ya que reside en la superficie de otra especie. Como a la infestación de parásitos se la denomina parasitosis, la pediculosis es calificada como una ectoparasitosis (una parasitosis provocada por un ectoparásito).
Un dato de interés que merece la pena conocer es que tanto los seres humanos como los animales pueden sufrir pediculosis. La única diferencia es que el piojo que afecta a unos y a otros es distinto.
Se trata de una enfermedad de la piel (es decir, de una dermatosis) que es contagiosa. En el caso del ser humano, la pediculosis más frecuente es causada por el Pediculus humanus capitis, conocido coloquialmente como piojo de la cabeza.
Este ectoparásito se instala en el cuero cabelludo, que es la piel que recubre el cráneo y en donde surge el cabello. Una vez instalado, el piojo coloca sus huevos (liendres) en el pelo del huésped y se alimenta de la sangre de la persona.
Debido a que estos piojos no son vectores de enfermedades conocidas, la pediculosis provocada por el Pediculus humanus capitis no resulta grave. Solo crea incomodidad al generar prurito; en algunos casos infrecuentes, de todos modos, puede derivar en el desarrollo de una infección secundaria como consecuencia del rascado.
Además de los síntomas citados, también podemos establecer que la pediculosis se puede mostrar a través de un fuerte picazón o mediante la aparición de unas pequeñas costras que pueden llegar a supurar incluso.
Las maneras para infectarse de pediculosis son de estas tres maneras fundamentalmente:
-Estando de forma cercana con alguien que tiene piojos.
-Tocando las prendas de vestir o los productos de higiene de quien padece pediculosis.
-Compartiendo con una persona que está infectada lo que son sombreros, toallas, peines u otros artículos de características similares.
Otros tipos de piojos también pueden hacer que la pediculosis aparezca en el cuerpo o específicamente en el pubis. Más allá de las diferencias de cada tratamiento, a nivel general la pediculosis se combate bañándose diariamente y lavando la ropa de cama y las prendas de vestir con agua caliente.
No obstante, el tratamiento también puede consistir en estas otras medidas a tener en cuenta:
-Aplicándose productos y medicamentos concretos que se pueden recetar por el médico o que pueden comprarse en farmacias.
-Retirando las liendres con peines que son específicos para esa labor.
-De la misma manera, cabe la posibilidad de optar por seguir algunos trucos caseros que existen al respecto. Entre esos se consideran los más efectivos aplicar sobre el pelo seco una mezcla de agua caliente y vinagre o masajear el cuero cabelludo con ajo.