El término peripatético deriva del latín peripatetĭcus, a su vez procedente del griego peripatētikós (que puede traducirse como “que pasea”). Se trata de un adjetivo que permite calificar a quien sigue los pensamientos del filósofo griego Aristóteles.
La etimología del concepto se vincula a que Aristóteles, mientras hablaba con sus discípulos, caminaba. Los primeros peripatéticos, por lo tanto, eran aquellos que conversaban, debatían y paseaban con él.
La importancia de Aristóteles
La escuela peripatética surgió a partir de las enseñanzas de Aristóteles, quien vivió entre los años 384 y 322 antes de Cristo y cultivó diversos campos, como era costumbre en aquella época, entre los que podemos señalar la filosofía y la ciencia. Nació en la región septentrional de la Antigua Grecia.
Cuando se habla de Aristóteles a menudo se menciona también a Platón, ya que ambos se consideran los padres de la filosofía de Occidente. Incluso en la actualidad puede apreciarse la influencia de sus ideas, que han trascendido más de dos mil años. Platón fue uno de sus maestros a lo largo de las dos décadas que pasó en la Academia de Atenas.
Origen del movimiento peripatético
Aristóteles inauguró su primera escuela (el Liceo) en los alrededores del templo de Apolo Licio, con lo cual allí radican los orígenes de la escuela peripatética. El pensador solía caminar y reflexionar en los jardines de dicho templo. Luego de su fallecimiento, el movimiento peripatético se orientó a cuestiones científicas y naturalistas que trascendieron lo filosófico.
El Liceo es un gimnasio, y los paseos a lo largo de los cuales tenían lugar las sesiones de reflexión con los estudiantes de Aristóteles los hacían en un pórtico cubierto. Es curioso que con el paso de los años este término, liceo, se haya transformado hasta aceptarse como sinónimo de «centro de enseñanza».
Principales referentes
Andrónico de Rodas, Aristóxeno, Teofrasto, Sátiro y Estratón de Lámpsaco fueron algunos de los integrantes más importantes de la escuela peripatética. De acuerdo a los especialistas, este centro filosófico y científico fue el más relevante de la época grecorromana.
Con respecto a Andrónico de Rodas, podemos decir que fue quien asumió la dirección de la escuela entre los años 78 y 47 antes de Cristo, luego de que otros diez alumnos asumieran el cargo de su ya fallecido maestro y mentor. Se lo conoce especialmente por haber elaborado la primera publicación importante de los textos originales de Aristóteles. Recibió la ayuda de Tiranión, un bibliotecario y gramático que seleccionó meticulosamente las fuentes. El orden de la obra de Andrónico es muy similar al que conocemos en la actualidad.
Aristóxeno de Tarento, también conocido como Aristógenes, se dedicó a la música y la filosofía. Su tierra natal era la actual ciudad de Tarento, en Italia, que por aquel entonces se llamaba villa de Taras. Su educación principal la recibió de su padre, quien había estudiado con Sócrates, y se complementó con Lampro de Eritras y Jenófilo, sin olvidarnos de Aristóteles. Como dato curioso, no le supo nada bien que no lo nombraran sucesor de la dirección tras la muerte de Aristóteles, sino que este honor fuera para el peripatético Teofrasto.
Los peripatéticos de «Merlí»
En los últimos años, muchas personas se familiarizaron con la noción de peripatético gracias a “Merlí”. Esta serie española de TV, que se emitió entre 2015 y 2018, gira en torno a las vivencias de un docente de filosofía que fomenta el pensamiento libre de sus alumnos, a quienes llama “los peripatéticos”. El guion estuvo a cargo de Héctor Lozano, Mercè Sàrrias y Laia Aguilar, y la dirección la llevó Eduard Cortés.
Con el correr de los capítulos, estos peripatéticos -y los televidentes- van aprendiendo diversas características de las doctrinas de Sócrates, Friedrich Nietzsche, René Descartes, Karl Marx y Thomas Hobbes, entre otros.