La noción de posología se utiliza para aludir al modo de dosificar un fármaco. El término también refiere al área de la farmacología centrada en las dosis en que tienen que suministrarse los medicamentos.
Cabe recordar que un medicamento o fármaco es una sustancia que, al ser administrada a un organismo, permite aplacar, curar o prevenir una enfermedad o revertir sus secuelas. Para que el medicamento alcance el resultado buscado, debe ser administrado en su medida justa, ya que si se lo administra en una cantidad inferior o superior no tendrá efecto o incluso puede provocar daños o hasta la muerte.
Cómo se determina la posología
La posología, en este marco, se vincula a la forma adecuada de suministrar un medicamento. Por eso estudia el funcionamiento de los principios activos y la relación entre la dosis y el estado físico y fisiológico del paciente, por ejemplo.
Con respecto al estado físico del paciente, uno de los datos más relevantes es su peso en relación con su estatura y su edad. Este último dato forma parte del estado fisiológico, junto con el sexo y la especie: no olvidemos que los fármacos se elaboran para seres humanos y animales, y que muchas veces su administración pasando por alto este parámetro puede ser fatal (por ejemplo: un calmante para caballos no debería ser ingerido por una persona).
El tipo de presentación del fármaco es otra cuestión estudiada por la posología. Los medicamentos pueden comercializarse en cápsulas, comprimidos, gotas, etc.
Intervalo de las tomas y duración del tratamiento
Es importante tener en cuenta que, además de la cantidad del remedio, la posología también define el intervalo de tiempo entre una administración y la siguiente. No alcanza con indicar 10 mg de un fármaco: es indispensable establecer cada cuánto el paciente tiene que recibir esa dosis.
De igual manera, la duración del tratamiento también forma parte de la pauta posológica. La programación de la dosis, con la cantidad de fármaco y el intervalo entre cada administración, tiene que contemplar la extensión del proceso. La posología, en definitiva, indica cuántos miligramos de medicamento debe ingerir o recibir el individuo, cada qué cantidad de horas y durante cuántos días.
Diversas cuestiones vinculadas a la posología
Además de los criterios expuestos hasta el momento, la posología exige el conocimiento de la dosis del principio activo o la sal activo que debe indicarse de acuerdo al peso del paciente. También es de gran importancia la causa de la enfermedad, ya que en algunos casos este factor determina que se administre un fármaco u otro, en especial si debe atacarse directa o indirectamente.
Como sucede en cualquier consulta médica, dar con la causa de una enfermedad exige un proceso de observación de carácter profesional que derive en un diagnóstico serio y preciso, de ser posible complementado por una serie de pruebas de laboratorio para mayor certeza. En este punto podemos reflexionar acerca de la gran diferencia que existe entre la automedicación y la recomendación hecha por un médico: leer el prospecto de un medicamento no basta para cubrir la posología, porque no pasamos por alto dicha etapa de estudio científico que tan determinante puede ser en algunos casos.
Otro de los puntos fundamentales de la posología es el sistema de unidades regional. Si bien esto puede no representar un problema para alguien que se forma y trabaja en su lugar de nacimiento, los médicos que viajan al extranjero deben enfrentarse en más de un caso a una gran diferencia en este aspecto. En primer lugar es de relevancia a la hora de estudiar un cuadro y determinar la dosis adecuada; pero también se vuelve necesario para comunicar esta información al paciente. Si esta transmisión es confusa puede tener lugar un error de variada gravedad.