Protista es un adjetivo que se emplea en el ámbito de la biología para denominar a los seres vivientes que cuentan con células pertenecientes al grupo eucariota. Cuando Protista se escribe con mayúscula inicial, el concepto hace referencia al reino que forman estos seres.
Es importante saber que su origen etimológico se encuentra en el griego prótista, que puede traducirse como «el más primitivo», y que es fruto de la suma de dos componentes: prótos, que es equivalente a «primero» o «previo», y el sufijo -istos, que se usa para indicar superlativo.
Concretamente este término fue acuñado en la segunda mitad del siglo XIX, más exactamente en 1866, por el biólogo alemán Erns Heinrich August Haeckel. Lo creó para, mediante el mismo, identificar o nombrar a todos los organismos unicelulares, y en algunas ocasiones pluricelulares, que no se podían admitir ni dentro del reino vegetal ni del animal y que consideraba que eran los primeros que habían aparecido en la Tierra.
Características del reino Protista
El reino Protista, por lo tanto, incluye a los organismos de tipo eucarionte que, por sus características, no pueden incluirse en el resto de los reinos de esta clase (no son animales, plantas ni hongos).
Aunque la gran parte de los protistas son unicelulares, también hay protistas multicelulares. La mayoría de los protistas, por otra parte, cuentan con seudópodos, cilios y flagelos que les permiten contar con movilidad propia.
Hay que tener en cuenta que, a lo largo de la historia, la clasificación del reino Protista ha ido cambiando, conforme a los avances tecnológicos y los descubrimientos realizados a partir de los microscopios más desarrollados. Por eso aparecen organismos que antes eran clasificados como protistas y ahora no, y viceversa.
Similitudes con animales y plantas
Los protistas, por otra parte, pueden tener comportamientos que se asemejan a las conductas de ciertos animales o incluso de plantas, algo que dificulta aún más su clasificación.
Hay protistas heterótrofos (que se alimentan de materias orgánicas que sintetizan otros organismos), autótrofos (obtienen energía de la fotosíntesis) y mixtos (combinan ambos sistemas). Incluso hay protistas que se reproducen de manera asexual y otros que obedecen una reproducción de tipo sexual.
Protistas heterótrofos y autótrofos
Los heterótrofos además se identifican porque viven en medios acuáticos, por regla general cuentan con una vida libre, son unicelulares y microscópicos. Su sistema de reproducción suele ser de tipo asexual y responde al nombre de fisión binaria.
Los autótrofos, como sería el caso de las algas, tienen unas células muy parecidas a lo que son los vegetales, por norma habitual son unicelulares, viven en ámbitos acuáticos o con importantes niveles de humedad, se pueden usar en una gran variedad de aplicaciones y se pueden clasificar en distintos grupos según distintos criterios como, por ejemplo, el pigmento.
En el caso concreto de las algas, podemos establecer que en base a ese citado criterio hay tres grandes grupos: las pardas, las verdes y las rojas.
En la actualidad, los protistas suelen dividirse en cromistas (organismos que realizan fotosíntesis y que disponen de mitocondrias), protozoas (tienen mitocondrias y no desarrollan la fotosíntesis) y archaezoas (carecen de mitocondrias).